Ahí les va mi mejor experiencia en la app.
Esto pasó de hecho no hace mucho, fue como por febrero, creo. Me contactó un tipo super amable, bien educado, muy correcto para hablar, maduro (unos 45 más o menos). Y como me gustan los maduros, pues de inmediato tuvo toda mi atención. En general todas las platicas eran muy correctas a pesar de ser Grindr; aunque pasados unos días empezó el morboseo, aunque nada el otro mundo; fetiches lo «normal», mamar verga, mamar culo, fajar, ver porno, ropa interior, etc. Pero él siempre muy educado. De hecho llegue a pensar que quizá era un tipo medio aburrido.
Hasta que quedamos de vernos… en verdad no tenía ni idea de lo que me esperaba; llegue a su depa y todo como siempre, él muy cortés, me ofreció algo de tomar, me hizo plática y me invitó a su cuarto. Ya adentro, cuando empezó a desvestirse, fue cuando empezó lo bueno. Primero tremenda verga; larga, gruesa y sin circuncidar, y unos huevos igual, grandes, ademas de que llevaba puesto un cockring, lo que lo había ver todavía más masivo. También llevaba un arnés, que al principio no había visto, porque traía camisa. Me hizo desvestirme (yo sólo llevaba suspensorio) y me ordenó ponerme un arnés, sólo que el que me dio, traía una cadena en la parte de atrás. Sin más ni mas, me ordenó ponerme en cuatro sobre su cama y me empezó a comer el culo y a dedearme – yo me sentía en la gloria, aunque confieso que me sentía confundido, porque no era para nada como yo lo esperaba, pues como les decía él siempre se comportó muy propiamente. Se levantó un momento, aunque me hizo quedarme en la posición que estaba y puso un video porno de una orgía. Regresó y siguió jugando con mi culo por un rato. Después sacó de su cajón una caja de zapatos con todo tipo de juguetes adentro: dildos, plugs, cockrings, bolas chinas, poppers, jockstraps, lubricante, etc. me dijo que podía usar lo que yo quisiera, pero que lo primero que iba a ser era empezar a «trabajar» en mi culo.
Lo primero que hizo fue meterme un plug de acero en forma de esfera de tamaño mediano y así estuvo por un rato. Luego intercambió la bola por una un poco más grande; pero lo hizo tan bien que yo en ningún momento sentí dolor o molestia, al contrario, me sentía en las nubes. Mientras jugaba con el plug en mi culo también aprovechaba para jugar con su lengua. Después de estar jugando un rato con el plug de acero lo sacó y empezó con unas bolas chinas (que por alguna razón nunca entraron todas), yo para ese momento estaba extasiado y le suplicaba que me diera verga, pero el muy calmado me decía que todavía no era momento. Creo que jamás en mi vida había estado tan excitado.
Recuerdo que lo de las bolas chinas no duró mucho tiempo, las metió sólo un par de veces y cambió a un dildo bastante normal de tamaño y así estuvo un buen rato. Por momentos sólo se paraba a ofrecerme poppers o a cambiar los videos que tenía en la tv, pero todo el rato me tuvo en cuatro y no me permitía levantarme o cambiar de posición. Después sin darme cuenta sacó el dildo y me la dejó ir de golpe; eso sí me dolió, pues su verga era enorme, y a pesar de que estuvo «preparando» mi culo por un buen rato (fácil una hora), creo que no fue suficiente para aguantar tremendo pedazo de carne. Al principio me dolió, pero pasó rápido y la sensación era increíble, el tipo sí que sabía cómo moverse. Y así estuvo un rato; me bombeaba el culo, me la sacaba y me hacía mamársela, y luego me la volvía a meter. De repente paraba, sólo para decirme guardadas, darme poppers o lamerme el culo.
Y así siguió la noche, cogiéndome o jugando con mi culo metiendo los dildos, los plugs, las bolas chinas; hasta que ya después de varias horas (y ya cuando no sentía las rodillas) me volteó boca arriba con las piernas abiertas y no sé de dónde el cabrón sacó un bate de baseball con un condón puesto. Cuando vi eso en verdad me asusté, nunca había llegado a tanto y sí le dije que no creía que fuera buena idea (yo ya me imaginaba lo que iba a pasar). Pero él me calmó, me dijo que ya estaba listo y que no me preocupara, que confiara en el. Y dicho y hecho, comenzó a meterlo, muy muy despacio, pero para mi sorpresa el bate logró entrar sin tanto problema. Sí se sentía incómodo, pero a la vez delicioso. Aunque con eso no jugó mucho, lo metió por unos minutos, luego lo sacó y volvió a bombearme con su verga.
De repente se detuvo y se quedó muy quieto, pensé que se estaba viniendo, pero no, sorpresa que el cabrón ahora estaba meando DENTRO de mi culo. A la vez que me decía todo tipo de guarradas, como que ahora era su propiedad y que estaba marcando su territorio.
Hasta este punto creo que ya me extendí mucho con la historia y no quiero que se vuelva aburrida, así que les resumo el resto.
Después de mearme el culo, siguió cogiéndome un buen rato, aunque por momentos paraba y cambiaba su verga por otras cosas: dildos, bolas chinas, plumas, etc, lo que tuviera a la mano. O para que se la mamara, o para él mamarme el culo. Prácticamente no descansamos en toda la noche, hasta que por fin se vino; desde luego se vino dentro de mi culo, luego me hizo limpiarle los restos de semen de la verga con mi lengua. Después de eso sólo me decía lo rico que lo había pasado y que tenía un culo delicioso. Nos vestimos, me pasó su WhatsApp, me pidió un Uber y me acompañó a tomarlo hasta la calle.
Después de esa vez no lo he vuelto a ver, aunque hemos tenido de repente alguna conversación por WA; pero fue justo cuando comenzó el tema de la cuarentena. Quiero pensar que es por eso que no lo he visto de nuevo y no porque haya dicho o hecho algo que no le gustara. Creo que jamás en mi vida había tenido una cogida tan morbosa y tan intensa. Sin duda algo que me encantaría repetir.
Desde luego hay más detalles y cosas que pasaron, pero no quiero hacer este relato demasiado pesado o aburrido. Si quieren que les cuente parte de los detalles omitidos, sólo díganme, yo encantado de revivir esa vez. Todo lo que les cuento es cien por ciento verídico. 😉