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hefraperez

Respuestas de foro creadas

Viendo 20 entradas - de la 21 a la 40 (de un total de 76)
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  • en respuesta a: Central Camionera Aguascalientes #116233
    hefraperez
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    El 05-jul-21, después de ir a los baños de la consti, sin mucho éxito, pero visualmente satisfecho de ver a otros fajar, me fui a los baños de la central camionera. Serían las 2:30 pm más o menos. Entré a los de 5ª Avenida. Estaban todos los cubículos ocupados y 2 personas esperando en los lavabos. Se notaba que ambos buscaban faje también, pero yo tendría que esperar 3 turnos para entrar.

    En los cubículos nadie hacía nada, como siempre. Todos buscan faje, pero nadie se anima. Yo estaba sentado en la bardita donde antes ponían el papel. Un momento después salió la persona del penúltimo cubículo. Noté de reojo que se venía acomodando el paquete debajo del pantalón. Lo miré y era alguien muy conocido y con quien ya he tenido algunas experiencias. Es un señor de rancho, muy alto, como de 1.85, delgado, muy moreno, parece descendiente de afromexicanos. Vergudísmo y tiene unas patotas, calza como del 10. Recuerdo las primeras veces que me lo topé cómo se agachaba desde su cubículo y su vergota quedaba colgando para que la pudiera ver y jalársela desde mi cubículo al lado de él. En una ocasión me arrimó el pito por detrás sin meterlo, mientras me sujetaba las tetas como si fuera su vieja y nos veíamos por el espejo, como si fuera un motel.

    El señor se fue a los lavabos y le dije al primer chavo que estaba esperando que entrara al baño, pero me cedió su lugar. Pude reconocerlo, es un chavo muy lindo de Grindr, morenito, complexión media y de cara muy agradable. No es guapo, pero sí es lindo.

    Entré al baño y el que estaba en el cubículo del fondo andaba de mamón, tenía el agujerito para espiar tapado. El que estaba a mi derecha no parecía buscar faje, además tenía las piernas muy gordas. Tal vez un vato muy gordito. No me llamó la atención.

    En cuanto se fue el del fondo, entró el chavo de los lavabos e inmediatamente quitó el papel del agujerito para espiar y me empezó a ver. Así que me la empecé a jalar para que me viera. Luego le pasé la mano debajo del cubículo y me dejó tocarlo. Tenía la verga y los huevos muy flácidos, dormidos y era difícil masturbarlo desde cero. Como que le costaba trabajo excitarse. Luego él pasó su mano y me masturbó un poco. Cuando tocó mi turno ahora movió mi mano para que tocara sus nalgotas suaves y buscara su ano. Lo hallé casi de inmediato y con la punta del dedo comencé a abrírselo.

    Esperamos un momento porque entraron otros hombres y al parecer nos querían espiar. En cuanto se alejaron le volví a pasar la mano y me arrimó de nuevo su culito. Esta vez su hoyito se sentía grasoso y pude penetrarlo un poco más al fondo. Se había puesto vaselina. Saqué mi dedo y lo observé por el agujerito. Ahora él se estaba dedeando sólo. A mí se me complica hacer eso, pero él lo hacía con mucha facilidad.

    Le hice señas para que se hincara, pero él quería que me hincara yo. Luego me hizo señas con ambas manos de que quería coger (hacer un aro con sus dedos y con el dedo índice de otra mano meterlo por el aro). Volví a pasarle mi mano e hizo de nuevo el aro con sus dedos y lo pasó por mi dedo índice. Quería que me lo cogiera, pero no llevaba condón. Realmente sólo quería ir a masturbar, que me masturbaran y mamar.

    El vato de mi derecha que acababa de entrar también se agachó casi de inmediato. Era un chavo alto, de tez blanca, delgado y muy peludo, al menos de las piernas. Le hice señas para que me dejara masturbarlo, pero no me hizo caso.

    Alguien quería observarme desde afuera, lo pude ver acercarse a mi cubículo y en cuanto se alejó uno pasos abrí mi puerta un poco. Era un señor maduro, como de 55 años, moreno y de pants, chaparro. Se notaba que también buscaba faje. Cerré mi puerta.

    Entre los 3 vatos cachondos rodeándome y mis ganas de tener acción, me la jalé y me llegó el clímax, me desleché abundantemente en la taza. Me limpié y justo al bajarle al baño y abrir mi puerta, ya estaba el señor maduro justo frente a mí. Me vio y noté que traía la verga bien parada debajo de su pants, doblada a la derecha. Salí y en los lavabos había 2 personas más esperando cubículo. Yo ya me tenía que ir, me quedé con algo de ganas, pero por hoy fue suficiente. Sigue siendo buen sitio de morbo los baños de la central.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #116232
    hefraperez
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    Fui el 05-jul-21 a los baños de la consti a la 1:30 pm. Llegando estaba todo ocupado y había 2 vatos esperando a que se desocuparan los baños. De hecho, el cubículo de en medio estaba libre, pero nadie entraba, señal de que los dos que estaban ahí buscaban faje.

    Uno de ellos era un taxista (se estacionó justo afuera de los baños), de unos 35 años, gordito, güero y de cabello rizado, se veía algo sudoroso. El otro era un vato guapísimo, muy parecido al que me topé la ocasión anterior. Delgado, como de 1.75 de estatura, tez blanca, rasurado, de facciones finas, pelo oscuro, un poco peloncito (con entradas), de unos 28 a 30 años. Iba de pantalón de vestir negro de esos ajustados y camisa blanca con grabados, con mocasines, muy bien vestido.

    En el baño del fondo alguien puso el bote para la basura para tapar la entrada. Sonó un celular y empezó a hablar la persona de ahí. Era un viejillo como contratista o albañil, a fume y fume el cabrón, sólo apestó el baño y tardó un montón en salir.

    El vato del primer cubículo era un wey delgado, alto, de jeans y una playera rosa juvenil. Después de esperar un rato llegó un wey trabajador de la construcción a hacer sus necesidades, pero como el taxista se había metido al baño de en medio y nadie salía, mejor se fue.

    Justo cuando quedamos el guapo y yo en los lavabos, el del primer cubículo quitó el papel del glory hole y nos observó. Me miró y miró al guapo. Al parecer ya estaban haciendo algo antes de que yo entrara, porque se puso de pie y pasó su verga por el agujero. Una verga larga, delgada y de tez clara (como amarillenta). El guapo se acercó, se bajó el cierre y se empezó a masturbar con la izquierda y con la derecha empezó a masturbar la verga delgada del vato del cubículo.

    Se me antojó hincarme y chuparles ambas vergas. El guapo tenía una verga blanca, gruesa y sin circuncidar. Me acerqué y le toqué un pezón mientras se masturbaba, pero se incomodó, luego soltó la verga del vato del cubículo para que yo se la jalara o mamara, pero en cuanto sujeté la verga, la metió para no dejarme tocarlo (qué mal). Entonces le hizo seña al guapo para que él metiera su verga, así lo hizo, estaba más gruesa y desde el otro lado se la empezó a mamar.

    Estuvieron intercalando. El del cubículo sacaba su verga y el guapo se agachaba a mamarla, luego al revés. Se le veía bien rico su calzón de poliéster negro semi transparente al guapo. Se le notaba su rajita cada que se agachaba. Me daban ganas de bajarle el calzón y darle unas mordidas de nalgas mientras él mamaba verga.

    El taxista se subió a la taza del baño para espiar a estos dos vatos, luego salió de su cubículo para ver. Se acercó a donde estaba yo, pero la neta estando esos dos cabrones ahí dando ese show lo que se antojaba eran ellos, no entre nosotros, así que no le hice señas ni nada al taxista, así que mejor se fue.

    Me excitó que mientras el guapo se la mamaba al del cubículo, este último se recargó completamente en la división y pude verlo mejor. Era un chavo alto, como de 1.80, delgado, tez blanca, con barba de candado. Pude ver cómo recargó su mentón en la división del baño, viendo hacia arriba mientras se la mamaba el guapo. Abrió su cubículo para fajar más agusto con él y lo pude ver bien. No mames…. ¡guapísimo el cabrón!, si el guapo de afuera estaba de 10, el de adentro estaba de 20. Alto, tez blanca pero bronceado, barba de candado bien delineada, nariz respingada, una mirada bien sexy, cejas gruesas muy varoniles, los dos juntos parecían modelos de ropa, por lo menos de los catálogos de Coppel.

    Entró el guapo de afuera y se agachó a mamársela al otro. Intercalaron y luego el guapo peloncito puso de espaldas al otro. Unas nalguitas redondas y paradas, bronceadas y sin un solo vello se le notaban. Le metió la verga por entre esas deliciosas nalguitas y estuvo empujándosela. No creo que lo haya penetrado, lo más seguro es que sólo se la rozó entre las nalgas, pero se veían deliciosos.

    Entró alguien más y se separaron, pero el del cubículo ya no tapó el glory hole. El vato que acababa de entrar era otro chavo guapísimo también. Igual como de 1.80, delgado, güero, de pelo castaño, lampiño, nalgón. Traía pantalón café ajustado y una camisa como naranja a cuadros. Se veía muy guapo, aunque sí se notaba que era pasivo casi al instante. Se metió al baño del fondo y en el rato que estuvo, el guapo peloncito volvió a darle y recibir verga por la boca del otro del cubículo.

    Cuando salió el de pantalón café, volvieron a abrir el cubículo para fajar ahí, como que les valió verga porque el de pantalón café también era gay, se notaba de inmediato, así que estuvieron ahí mamando entre ellos y el peloncito metiéndole la verga entre las nalgas al otro. El de pantalón café sólo se lavaba las manos, los veía y se le antojaba de a madres, pero como yo estaba ahí no se quiso animar a nada, así que sólo movió la cabeza en señal de desaprobación al ver a los otros fajar (algo falsa su señal). Yo tampoco le insinué nada, la neta entre ese trío de manjares como que yo salía sobrando. Se fue el de pantalón café y de repente uno de los dos que quedaban lanzó un chorro de leche sobre la división del cubículo, debajo del glory hole. No supe quién fue, pero se veía muy morboso y excitante la leche escurrir de esa división semi transparente.

    El guapísimo se limpió sus nalgotas lampiñas bronceadas y salió. Yo me fui al baño del fondo y se quedó el guapo peloncito. Pensé que buscaba más, tal vez el que se vino fue el otro, para aprovechar y mamarle la verga, pero salió unos instantes después. Neta que esos cabrones como pareja quedarían perfectos. Los dos chavos bien, se veían de varo los dos, pero así como entraron, se fueron, sin despedirse ni nada. Si yo fuera uno de ellos al otro lo haría mi faje de planta, la neta.

    En fin. Me quedé solo un rato, luego llegó otro vato al primer cubículo. Después de unos minutos me acerqué al glory hole para verlo. Era un chavo de jeans negros ajustados y una camisa de manga corta como café. No vi que se la jalara, pero estaba buscando faje. Por un instante me dio miedo porque su ropa era parecida a la que usa mi amigo que vi hace unos días. No quería toparme con él, pero los tenis que calzaba eran de número chico, tal vez no era él.

    Justo cuando le iba a hacer señas por el glory hole, se puso de pie y salió. Sí era alguien conocido, pero no mi amigo. Era el chavo mesero que conozco de donde trabajaba hace mucho. Muy guapo también, pero es más pasivo, creo que buscaba verga y se desesperó porque no le ofrecí y se fue. Yo salí también, y justo en la entrada del baño de mujeres ya estaba una de las del aseo, con cara de perro, esperando a que saliéramos. Qué bueno que no hice nada, sino me pudo haber cachado en el acto.

    De ahí me fui a la central camionera, pero lo mencionaré en otro relato.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #115719
    hefraperez
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    El pasado lunes 28-jun-21 fui a los baños de la consti a la 1 pm. Venía de hacer unos pendientes y primero observé desde la banqueta de enfrente de la gasolinera si se veían las señoras del aseo o alguien vigilando. Estaba despejado y entré. Sólo estaba ocupado el cubículo de en medio, así que me fui al del fondo para agacharme desde debajo de la puerta y espiarlo.

    El wey se notaba muy discreto y primerizo. Sí se la estaba jalando, pero con mucha discreción. No quise asustarlo u hostigarlo, así que salí y esperé en los lavabos para ver si abría su cubículo para mostrarme su verga, pero no lo hizo. Era un vato de piernas güeras y zapatos color café tinto. Tal vez sería un señor casado.

    Me regresé al cubículo del fondo y llegó otro vato. Se metió al cubículo con glory hole y pude ver desde debajo de la puerta que también se la estaba jalando. Ninguno de los dos se hacían señas o salían para fajar entre ellos. Tal vez los dos eran activos o hetero curiosos. Me desesperé un poco y como seguían llegando personas, decidí ir a los lavabos a esperar un rato.

    Cuando se fueron todos, salió la persona de zapatos café tinto. Era un señor alto, como entre 40 a 45 años, tez blanca y de lentes, medio pelón, complexión promedio, con panza de señor casado jaja. Parecía alguien de dinero, o al menos de buena familia, no alguien que viviera en colonias populares. Tal vez un empresario o algún ingeniero. Solamente estábamos los dos. Se lavó las manos y en vez de irse se regresó al cubículo del fondo y se metió, dejando la puerta abierta. Eso era una invitación para mí. Estaba por acercarme, pero en eso se escuchó que abrieron la reja de la entrada. Era alguien del aseo. Pude ver que era una de las señoras a través del reflejo de los azulejos de la pared. Volví a lavarme las manos y salí. No tenía caso estar ahí.

    Justo cuando di la vuelta para caminar hacia el Oxxo, de un carro gris venía bajando un chavo alto, moreno y delgado. Llevaba cubrebocas, pero se notaba que era guapo. Me vio salir de los baños y al pasar frente a mí (iba a los baños también) en una fracción de segundo me vio y se agarró la verga por encima de su pantalón. Fue una seña fugaz, pero la reconocí de inmediato. Iba por faje y me estaba ofreciendo verga.

    – “Weeeey qué rico”- pensé. Me dio mucho morbo, pero acababa de salir del baño y ahí estaba la del aseo, se iba a tardar bastante porque acababa de entrar. Decidí irme y crucé la avenida, pero por curiosidad esperé desde un punto donde pudiera ver la entrada de los baños, para ver si se había ido el chavo.

    No salía. Era obvio que sí buscaba faje. Un momento después salió, pero en vez de irse a su coche entró a una tienda de muebles que está al lado (“a hacer tiempo”, pensé). Me dieron muchas ganas de cruzar de nuevo la avenida y entrar a esa tienda de muebles al menos para verlo mejor, pero sería muy obvio y sospechoso, así que decidí esperar. Se fue la mujer del aseo y al poco tiempo el chavo volvió a entrar a los baños.

    – “¡A huevo!, quiero probar a ese cabrón”- pensé y ahora sí crucé la avenida y entré de nuevo a los baños. Adentro estaba el chavo en el cubículo con glory hole. Lo tenía tapado con papel, pero dejando un agujerito para espiar. Me acerqué y lo noté observándome, así que le hice señas con la mano debajo de la división para decirle que buscaba verga.

    El wey no salía, pero me siguió observando por el agujerito. Insistí de nuevo, se subió el pantalón y salió. ¡Weeey, no mames! Era un vato guapísimo. Tendría unos 27 años, alto, delgado, pero con pectorales marcados y unos brazotes de gym. Tez blanca, pelo negro, afeitado y con pantalón negro apretadito. Todo un mirrey, un chavo bien. Pero no era el que vi al principio, este era blanco y el otro que vi era moreno y más alto. Aún así, estaba para comérselo completo el cabrón. Se fue al mingitorio junto al primer cubículo, se sacó la verga y se la empezó a jalar despacio. Una verga blanca, gruesa, sin circuncidar, de unos 16 o 17 cm.

    Yo estaba ya casi hincándome para mamársela. Me acerqué a él y le dije cerca del oído:
    -Te vi desde hace rato- aunque en realidad al que vi fue al chavo moreno que se agarró la verga frente a mí.
    Estaba ya estirando mi mano para agarrarle la verga, pero en eso se la guarda y me dice:
    -Espera… creo que viene alguien- y se volvió a meter al cubículo.
    No venía nadie, la del aseo ya se había ido. Tal vez no le gusté al guapo. Le volví a hacer señas por debajo de la división, pero me volvió a ignorar, así que me fui al baño del fondo, me agaché y lo observé jalársela un rato, hasta que entró alguien más al baño. Me asomé discretamente debajo de la puerta y noté que el nuevo era un vato moreno de short, que se quedó de pie junto al primer cubículo. Era obvio que buscaba faje y estaba espiando al guapo, esperando a que saliera.

    Salí del cubículo y fui a los lavabos. El nuevo era un hombre muy alto (como 1.90) y muy moreno, delgado, de short holgado y tenis. Parecía basquetbolista. Tendría entre 40 a 45 años, ya medio maduro, con algo de canas en su pelo corto, pero atractivo. El wey estaba en el mingitorio con la verga de fuera, pero sin orinar. Me acerqué y el wey se la jaló discretamente y volteó para que se la viera mejor. Una verga muy morena, sin circuncidar, con la cabeza de un color moreno, pero como grisáceo, no era rosada. He visto pocas de ese color. Acerqué mi mano, me dejó sujetarla y lo empecé a masturbar. El guapo no quiso, así que le daría placer a este moreno altote.

    Nos fuimos al baño del fondo. El vato se quedó parado, se sacó la verga y lo volví a masturbar. El wey me tomó del hombro y me empujó hacia abajo para que se la mamara, pero yo quería calentarlo un poco más. Le levanté la playera y vi sus pezones. ¡Qué delicia! unos pectorales que en algún momento estuvieron definidos y duros, ahora un poco más suaves, lisos y con unos pezones negros enormes, del grosor como de mi dedo meñique, prácticamente como un biberón. Me encantaron, me fui directo a mamárselos, mordisquearlos con cuidado y estirarlos con mi lengua y los dientes, mientras chupaba sus tetotas sabrosas.

    El wey sólo jadeaba en voz baja. Me excitaron tanto sus tetas que le levanté un brazo y le di una lamida a su axila. Estaba limpio el wey. Me volvió a tomar de los hombros y me empujó hacia abajo con más fuerza. Esta vez cedí, me agaché, olí su verga (olía a limpio) y me la metí a la boca. Aún la tenía flácida, así que me cupo toda y me la metí a fondo.

    Le empecé a dar unas deliciosas mamadas y a embestirme la boca con su verga mientras tocaba su cuerpo y sus piernas. Le bajé el short más, lo volteé y miré sus ricas nalgas morenas y sin vello. Le di una mordida y chupada a una. El wey estaba bien excitado y me volvió a dar verga por la boca. Le chupé sus huevos y el wey se hizo un poco hacia atrás, tal vez fui algo brusco o era algo nuevo para él, así que sólo se los lamí, sin succionarlos. El vato se la empezó a jalar mientras le lamía los huevos y justo cuando volví a chuparle su cabeza de la verga, empezó a brotar su leche, poco a poco y espesa, casi me la echa en la cara o encima de la ropa. Le chupé su glande a cada chorro de leche que salía, hasta que se detuvo y despacio me la sacó de la boca. Escupí su leche en la taza y salí, para dejarlo que se limpiara. Fui al lavabo a lavarme la cara y enjuagarme la boca. Se fue este morenote y me quedé con ganas de la verga del guapo, pero volvió a ignorarme al hacerle señas, así que salí del lugar, pero me quedé un rato en la banqueta de enfrente de la avenida, para ver cómo llegó, ya que no lo había visto entrar antes.

    Para mi sorpresa, después de un rato llegó el carro gris en el que pensé que llegó el chavo. Salió de los baños el guapo y cruzó la avenida para subirse a ese carro gris. Al parecer el chavo moreno alto que se agarró la verga cuando salí de los baños y el guapo venían juntos. No sé si son amigos y venían por faje, pareja abierta, etc.

    Me quedé con ganas de más, así que fui al centro a los baños del estacionamiento plaza (3:30 pm) pero los estaban lavando. Aunque sí había chavos buscando faje no me quise arriesgar. De ahí fui a los baños de la central camionera y tampoco tuve éxito (ancianos, enfermeros divos y selectivos, vatos que no se animan, mirones, etc). Me la tuve que jalar yo solo. Me sorprendió que me volví a encontrar en los baños de la central, a esa hora, al señor de apariencia de rico, de zapatos café tinto. Me miró con algo de sorpresa y se fue, tal vez para que no le preguntara nada. Se ve que no era el único que se quedó con ganas.

    en respuesta a: Estacionamiento Plaza #115162
    hefraperez
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    Hoy sábado 26-jun-21 fui a los baños del estacionamiento plaza, a la 1 pm. Para mi suerte alguien dejó la puerta entreabierta para que no se cerrara. Así que no me costó nada entrar. Lo malo es que parece que no les dan aseo tan seguido, estaban sucios y olía mucho a cigarro. NO FUMEN AHÍ.

    Estaba sólo el baño. Tuve que esperar un buen rato en el del fondo, masturbándome por momentos para mantenerme excitado. Llegó un tipo de tenis verdes al baño de al lado, calzaba número chico, por lo que me contuve un poco, para asegurarme que no fuera alguien menor de edad. Escuché que aclaró su garganta y se escuchó un gruñido de hombre, no de adolescente. Lo malo fue que sí se puso a hacer sus necesidades, y también se puso a fumar, por lo que decidí esperar un rato en los lavabos.

    Entró un señor gordo y viejo, medio pelón. Lo vi de reojo mientras yo estaba en los lavabos. Fue al baño del fondo y salió en menos de un minuto. Como yo estaba haciéndome pendejo dizque lavándome las manos, el señor se dio cuenta de que iba a buscar faje y se me quedó viendo. Para no sentirme incómodo me fui al baño del fondo y en cuanto volteé para cerrar la puerta lo miré un instante. Es un señor que busca faje en grindr y en grupos de whats, pero ya se ve súper viejísimo y gordo. En sus fotos se ve robusto, pero no gordo y un poco más joven. Según él tiene poco más de 60 años. Me miró con intensidad, pero cerré la puerta.

    Entró un wey a orinar y al salir se fue también el señor viejito. De rato sonó nuevamente la puerta y salí del cubículo del fondo para darle chance de entrar a esta persona. Era un muchacho alto, moreno, delgado, con pelo corto de los lados, pero con una coletita, como usan muchos futbolistas actualmente. No lo miré directamente y entró al baño.

    Me fui nuevamente a los lavabos y de rato entró otro chavo, chaparrito, güero, de playera negra sin mangas, look un poco rockero, pero iba con varias bolsas de tiendas de ropa y caminaba un poco afeminado. Me dio risa (en mi mente) ese contraste de su ropa con su manera un poco modosa de caminar. Se lavó las manos y lo vi discretamente. Era el chavo de una ocasión pasada, al que le platiqué de los sitios de faje en voz baja, güerito, barbón, chaparrito, muy guapo.

    Salió el wey de tenis verdes de su cubículo y el del fondo también. Me metí al cubículo pequeño, esperando quedarme sólo con el chavo de playera negra (ojalá tuviera su verga limpia esta vez, la ocasión pasada le sabía amarga y olía a orines y sudor). En cuanto cerré la puerta noté que el de tenis verdes se metió al baño de al lado y luego se fue a los mingitorios. Me agaché más y vi a los 3 en los mingitorios, 2 de ellos ya fajando (el chavo güerito y el moreno alto). Me jalé la verga, me bajé el pantalón a las rodillas y abrí mi puerta para asomarme a ver qué hacían.

    El de tenis verdes era un señor moreno, chacal, con apariencia como de soldado (rasgos indígenas), como de 45 a 50 años. No era alto, pero sí robusto, espaldón y se notaba que estaba nalgón. Iba con una bermuda café. Me vio con el pito de fuera y se acercó conmigo. En los mingitorios el chavo alto estaba dándole verga en la boca al güerito, que estaba hincado en un rincón, atragantándose con el pito del chavo moreno.

    El señor chacal se agarró el bulto por encima de la bermuda, se buscó el cierre y se la sacó. Un pito grueso, moreno y cabezón. Me agaché a olerla. Estaba limpia y me la metí a la boca. Se sentía bien rica, dura y gruesa en mi lengua. Se la mamé rico y me la metí lo más al fondo que pude. El señor empujó sus caderas de atrás hacia adelante para que me llegara más al fondo. Ha de coger bien rico. Con ganas de sentirla en el culo.

    Me estuvo embistiendo por la boca buen rato. En eso me la sacó y se acercó a los otros dos. Yo me saqué la verga para jalármela y me acerqué al chavo alto moreno que le estaba dando verga al güerito. En eso también se la sacó, una verga muy morena, más delgada que la del señor al que se la estaba mamando, escurriendo saliva del güerito.

    El señor me miró y volteó a verle la verga al chavo alto moreno, me hizo una seña como indicando “ahora mámasela a él”. Yo me excité, no por la orden que me dio el señor, sino porque estaría bien rico que los dos me dieran verga en la boca, por turnos, e incluir al güerito como un tercero.

    -“No, no, no, así ando bien…”- dijo el chavo alto moreno, con su pito bien parado y babeante.

    Ni modo, no se iba a poder. Nos fuimos otra vez al baño del fondo el señor chacal y yo. Se la volví a mamar y él a embestirme con sus caderas en la boca. Se escuchó ruido de alguien acercarse y el señor se la guardó, se fue a lavar las manos y se fue. Me asomé y el chavo alto moreno seguía dándole verga muy fuerte en la boca al güerito, se escuchaba cómo se ahogaba y gemía el chavo. Me excitó muchísimo el escucharlo y fui al cubículo a jalármela y deslecharme. En eso entró otra persona al baño y se fue el chavo alto moreno.

    Al terminar de limpiarme, salí y el güerito seguía ahí, lavándose las manos. Me acerqué a él, al verme me reconoció de la vez pasada, lo noté en su mirada:
    -Qué onda, ¿sí fuiste a donde te dije la vez pasada? – le pregunté en voz baja (me refería al baldío de la pona).
    -Noo, sí ubico dónde es, pero no me he dado la vuelta para allá- me contestó.
    Platicamos un rato más, sobre si usaba grindr (sí lo conocía, pero no lo usaba), sobre que los weyes que andan en sitios de faje son los mismos de grindr y que muchos de ellos se ofrecen en la página de mileróticos pero ahí cobran jajaja.

    Me agradó mucho el chavo, se ve simpático, aunque sí tiene ciertos ademanes que lo delatan como gay, no sé si sea inter o pasivo, pero me pareció muy agradable. Me despedí de él y me toqué el cierre del pantalón para ver si no lo había dejado abajo. El chavo por instinto volteó a verme el paquete. Tal vez pensó que se la iba a ofrecer. Hubiera sido rico, pero ya me tenía que ir.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #114366
    hefraperez
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    Fui a la consti hoy viernes 18-jun-21 a eso de las 8:30 pm. El horario perfecto, después que se van las señoras del aseo y en viernes que siempre llegan vatos atractivos. Para mi sorpresa sólo estaba un wey en el primer cubículo, con el glory hole tapado. Me fui al baño del fondo, cerré con una llave y me agaché para observarlo.

    Era un vato moreno claro, piernudo y estaba con las piernas muy abiertas y jalándosela. Le pude ver su verga cabezona y circuncidada ya semi erecta, así que salí del baño del fondo y le hice señas con la mano por debajo de la división para que me dejara masturbarlo. Como que se sacó de onda el wey, porque sólo se detuvo de estarse masturbando y se quedó quieto. “Chin… a ver si no la regué…” pensé.

    Me regresé al baño del fondo, esperando que el wey no saliera a patearme la puerta o algo así. Justo cuando se escuchó que iba a abrir su puerta, entró alguien al baño y este vato mejor se fue. Al que llegó alcancé a verle sus zapatos y pantalón al acercarse al baño del fondo. Eran negros y de vestir, así que pensé que se trataba de un señor maduro. Unos instantes después me agaché un poco desde el baño del fondo y noté las manos morenas de este hombre sobre el piso, agachándose a espiarme. Se dio cuenta que lo vi y se metió al cubículo de al lado.

    Salí con discreción y lo pude ver bien, adentro del cubículo y con su puerta abierta. Era el señor chacalón, moreno, delgado, medio chilango, que me topo seguido. Tiene una verga muy rica. El wey iba con pantalón de vestir negro y camisa blanca. Anda de mesero, ahí en el cubículo tenía una mesita plegable de esas que usan para servir platos. Tal vez iba para algún evento.

    El cabrón me excita mucho. Me vio y me reconoció, ya que le he dado varias mamadas muy ricas antes. Sin decir nada me dio la espalda y se desabrochó el pantalón, se lo dejó caer hasta los tobillos para mostrarme sus deliciosas nalguitas lampiñas y sus piernas morenas. Se veía exquisito el cabrón, como para llegarle por detrás y meterle la verga o darle una mamada de culo, aparte venía recién bañado, olía muy rico. Se la empezó a jalar, me acerqué a él y lo giré hacia mí. Me acerqué a su oído:

    -¿Apenas vas o ya vienes?- le pregunté en voz baja, para saber si venía de trabajar o ya se iba y medir mi tiempo, hasta ahora no había logrado deslecharlo y quería hacerlo hoy.
    -Ya voy- me dijo, o sea que en un rato más tenía evento.

    No hacía falta decir palabras. El wey me mostró su verga peluda y circuncidada, flácida y colgante. Yo sólo tuve que hincarme y metérmela a la boca. La tiene circuncidada y limpia, venía recién bañado. Se sentía muy suave en mi boca y me la metí completa.

    Estuve fácilmente 10 minutos mamándole la verga, sus huevos suavecitos y colgantes, chupándolos y succionándolos, masturbándolo y sosteniéndome de sus nalgas delgadas y lampiñas. Me excita mucho este chacal, aparte dura un chingo. Yo también me había bañado unas horas antes y estaba limpio y fresco. El wey me tomó del pelo y lo acarició entre sus dedos. Se sentía muy suave y así me estuvo acariciando el pelo mientras se la mamaba. Luego me puse de pie y el wey me empezó a agarrar la verga y los pezones, pidiendo que me desnudara.

    Me levanté la playera y le mostré mis tetas rosadas. Nos masturbamos el uno al otro mientras este vato me mamaba las tetas y las lengüeteaba muy rico. Me excitó mucho y me acerqué a besarlo. Sólo me dejó darle un beso de piquito, sin lengua.
    -¿Eres casado?- le pregunté en voz baja.
    -Si, ¿tú?- me dijo y me preguntó en voz baja.
    -Yo no- le contesté.

    Se acercó a besarme el cuello y seguirme masturbando. Yo también hice lo mismo. Uso perfume de olor fresco (notas de lima, aroma tipo aqua) y este vato tenía un perfume más formal. Percibí su aroma a hombre macho impregnarse en mi ropa y en mi cuerpo mientras nos fajábamos bien rico.

    Me hinqué nuevamente a mamarle la verga y a darle embestidas con la boca. Quería voltearlo y mamarle el culo, pero me gustaba más de activo este cabrón. Hizo algo que no me habían hecho: estando hincado me sacó la verga de su boca y puso su dedo pulgar en mis labios, luego lo metió en mi boca para que lo chupara, después el dedo índice y el dedo medio. Yo estaba excitadísimo obedeciendo lo que me pedía. Sujetó sus huevos con una mano y me los arrimó a la boca, para volvérselos a succionar mientras lo masturbaba. Luego me puse de pie y me empinó y estiró su brazo para dedearme mi hoyito mientras yo se la seguía mamando.

    En varias ocasiones estuvieron llegando vatos a orinar y teníamos que separarnos hasta que se fueran y repetir el proceso de sexo oral. Ya estaba un wey en el baño de al lado, moreno y piernudo, que también buscaba faje, pero no se había animado a salir. Pensé en un momento acercarme al glory hole para hacerle seña y darle una mamada también, pero el vato chacal me estaba dando verga a llenar, se me hacía mal pedo dejarlo a medias.

    Entraron más hombres, uno con un niño pequeño y entró también un señor chaparro, güero, peloncito que no me agrada y siempre anda ahí. “Vale verga, ya llegó este vato”, pensé al verlo. En cuanto se fueron los demás nos quedamos sólo el señor pelón chaparro, el chacal mesero, el wey moreno piernudo del baño de al lado y yo. No podía quedarme mucho rato, así que tuve que ir a deslecharme al baño del fondo, imaginándome siendo penetrado por este chacal.

    Salí y el wey volvió a abrirme su puerta, con la verga flácida nuevamente. Me acerqué a su oído mientras le agarré la verga con una mano para masturbarlo.

    -Quiero que me des un cogidón- le dije en voz baja
    -Cuando quieras- me dijo con voz cachonda.
    – ¿Cómo te encuentro o dónde te veo? ¿qué días vienes aquí? – le pregunté.
    -Pues… como hoy, los viernes en la noche- me dijo.
    -Ya estás- le dije, sin dejar de masturbarlo hasta que salí de su cubículo.

    Apenas le había soltado la verga y el vejete enano pelón ya estaba atrás de la puerta estirando la mano para agarrarle la verga al chacal, pero el wey le dijo que no con la cabeza y casi le cerró la puerta del cubículo en la cara al cabrón. Pinche vato enfadoso, no por ser joto tiene derecho a tocar lo que quiera y sin permiso.

    Me lavé las manos, la cara, la boca y salí. Con ganas de haber deslechado al chacal. Ya será después. Llegando a mi casa me cambié y volví a oler su perfume de macho en mi ropa y el olor a hormonas que dejó en mis tetas al mamármelas. Apenas para masturbarme de nuevo con su olor.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #114356
    hefraperez
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    El miércoles 16-jun-21 fui a los baños de la consti como a la 1:30 pm. Había mucho tráfico en las avenidas y la verdad no esperaba encontrar nada. Justo cuando puse la moneda en la puerta y sonó el rehilete de acceso, escuché que alguien adentro cerraba su cubículo con prisa.

    Entré y estaban los dos primeros cubículos ocupados. El del primero tenía el glory hole destapado y se asomó, vi su ojo mirándome. Me estuve un rato en los lavabos, el wey tapó el glory hole, pero noté cómo se asomaba por el agujero más pequeño, así que me acerqué y le hice señas con la mano debajo de la división y empujé un poco el papel del glory hole para que lo quitara y me ofreciera verga. No hizo nada, seguía sentado. Pensé que no se animaba por el vato de al lado, pero según lo que escuché al entrar, los dos estaban haciendo algo antes de que yo llegara.

    Me fui al baño del fondo para agacharme y ver qué hacían. El vato se la seguía jalando y el de al lado sólo estaba sentado en el baño, como esperando a que yo me fuera. Volví a acercarme al vato del primer cubículo. El wey había dejado su puerta un poco abierta, se asomó, pero volvió a cerrar cuando me acerqué. En eso el otro vato le bajó al baño y se puso de pie para salir. Me fui a los lavabos y me quedé mirando hacia la entrada, para disimular.

    Justo en ese momento venía saliendo el vato del segundo cubículo. Lo vi solo un instante por el reflejo del espejo. Era uno de mis mejores amigos. ¡¡¡¡WEY!!!!, entré en pánico. Fue una fracción de segundo en la que tenía que decidir si saludarlo, irme o meterme a algún cubículo. El vato venía con la mirada hacia abajo, no llevaba cubrebocas. Yo sí lo llevaba puesto. Antes de que volteara a verse al espejo y me viera me fui rápido pero discreto al baño del fondo y cerré, poniendo la llave como cerrojo.

    -“Vete ya, no vengas….”- pensé. No sé si el wey se asomó a verme por el agujerito que hay en la puerta del segundo cubículo y me descubrió hace unos momentos. Yo llevaba puesto el cubrebocas todo el rato, pero cuando conocemos a alguien de mucho tiempo es fácil identificarlo, aunque tenga cubrebocas. Me dio tanto miedo de que el wey se regresara al baño del fondo y se agachara a verme o a hacerme señas para hacer algo, o que le abriera la puerta el vato de al lado y verlos fajar a los dos, como supongo que estaban antes de que yo llegara.

    Escuché el rehilete de la salida, me agaché y vi que ya se había ido. El otro vato seguía sentado jalándosela. Volví a acercarme para hacerle señas, pero el wey se molestó y le pegó a la división del baño para que yo me fuera. “Qué histérico”, pensé. Tan fácil que era hacerme seña de “NO” con la mano debajo de la división. Tal vez quiso hacerse el hetero.

    Me cayó mal, aparte yo ya tenía que irme y tuve que ir a jalármela al baño del fondo hasta deslecharme. Aún no dejo de pensar en mi amigo. Ya tenía ciertas sospechas y había escuchado algunos rumores sobre él hace mucho. No tenía motivos para estar ahí (sé dónde vive y dónde trabaja), aparte lo de antes de entrar al baño, de que se encerraron apresuradamente cuando me oyeron entrar. Me da tristeza porque el wey es a toda madre y el mundo de la jotería no deja nada bueno. Siempre esperé verlo feliz con una mujer y que tuviera hijos. Aguascalientes aún no está preparado para aceptar la relación entre dos hombres, por eso es que el faje clandestino y cruising siguen.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #112676
    hefraperez
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    El pasado jueves 03-jun-21 fui a los baños de la Consti a las 2 de la tarde más o menos. Ya en una ocasión anterior noté que había nuevo glory hole. Estaban varios hombres en el baño, pero haciendo sus necesidades, así que esperé a que salieran la mayoría.

    Entró un chavo moreno medio gordito (barrigón), barbón, algo sospechoso, al primer cubículo (el del glory hole nuevo). En el baño del fondo seguía un señor haciendo sus necesidades, pero con la puerta entreabierta, ya que no tiene cerrojo.

    Me acerqué al primer mingitorio y noté que el gordito se asomaba por un hueco en el glory hole, que estaba tapado con un pedazo de papel. Estiré un poco el papel para que lo quitara. En cuanto lo hizo, metí mi dedo por el glory hole para hacerle señas de que pusiera su verga.

    De manera discreta puso su pito, una verga morena, medianita, limpia. Se asomó su cabeza rosadita. Me hinqué y le di una chupada, luego succioné para que me arrimara más su pito por el glory hole. Se recargó en la división y vi su panza peluda en la pared. Se la mamé rico por el glory un buen rato, hasta que el señor del baño del fondo le bajó a la taza, para salir.

    Me fui a lavar las manos y en cuanto se fue el señor, le volví a hacer señas al gordito. Me puso su pito flácido y se lo volví a parar a mamadas. Como ya nada más estábamos nosotros dos, le toqué a su puerta para que me abriera. Accedió y me abrió, con el pantalón a las rodillas y su verga de fuera.

    Me hinqué frente a él y le di unas chupadas a fondo, embistiendo mi cara contra su pelvis, cogiéndome solito por la boca con su pito. El gordito me la sacó de la boca y me arrimó sus huevos a la cara para que se los chupara. Los lamí y me los restregué en la cara, luego le volví a mamar la verga y él me tomó de la cabeza y empezó a cogerme por la boca, moviendo muy rico su cintura de atrás hacia adelante y hacia los lados.

    Me puse de pie para chuparle sus chichitas morenas y duras. Le pregunté si tenía condón, pero me dijo que no. Entonces le dije que me rozara su verga entre mis nalgas, sin meterla. Así lo hizo, sentí su cabeza de la verga toda calientita entre mis nalgotas, sin penetrarme y después de varias embestidas me volví a hincar para mamársela. Me pidió que le apretara los huevos con la mano mientras se la mamaba y unos momentos después sentí su verga inflarse en varias ocasiones, expulsando su leche en mi boca. Esperé a que terminara y despacio, sin dejar de chuparle su cabecita, me saqué la verga de su boca y me fui al baño de al lado a escupir su semen.

    El wey siguió en su cubículo, mientras en el de al lado yo me la jalé hasta deslecharme también. Me limpié, le bajé a la taza y salí a lavarme las manos y a enjuagarme la boca y la cara. Muy rico estuvo.

    en respuesta a: Mezquitera atrás del Parque La Pona #111847
    hefraperez
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    Hace mucho que no iba a la Pona. Fui hoy 31-mayo-21, sólo por curiosidad. Ya casi eran las 9 de la noche, pero aún había luz. Me estacioné en una avenida poco transitada atrás del parque y caminé por la calle Beethoven hacia el área de las bancas.

    Justo cuando iba hacia allá, pasó un chavo enfrente de mí. Delgado, alto, un poco tonificado, pero caminaba algo afeminado. Justo al pasar junto a él le eché una mirada a su paquete. No me fijé si volteó a verme, pero cuando avancé un poco y lo vi de espalda, noté que andaba como sin sentido, como si esperara a alguien. Más tarde me enteré el por qué.

    En el área de las bancas no se veía nadie. No me gusta como se ve ahora, está todo muy seco, sin una sola planta, solo tierra y el pavimento está levantado y lleno de agujeros, como si debajo del lugar pasara agua y se hicieran huecos en el suelo.

    Noté un wey que salía del pasillo detrás del parque. Alto, chacalón, de gorra plana, moreno y con pancita chelera. Esperé a que se alejara y me fui caminando por el pasillo. Más al fondo me encontré solo a dos vatos justo donde termina ese camino y está la valla de alambre de púas que da al baldío. Estaban platicando, uno de ellos hablaba medio afeminado (pasivo) y sólo escuché que decía de las veces que iba al baldío y lo saludaban los que buscaban faje.

    Me fui caminando hacia adentro del baldío, se me quedaron viendo estas dos personas, pero los ignoré. El baldío está muy seco ya y lleno de escombros. Se ve muy descuidado y abandonado a comparación de otras fechas.

    Me regresé. Seguían estos dos gays platicando junto a la valla de alambre y al llegar a la zona de bancas vi a alguien sentado en una de las zonas donde no daba luz, con las piernas abiertas. Era el chacalón de hace rato (qué rico).

    Me senté en la banca frente a él
    -¡Qué onda!- le dije tratando de no hacer mucho ruido
    El wey no me respondió, pero me miró y siguió viendo hacia alrededor, como vigilando que no viniera nadie, con las piernas muy abiertas. Después de unos momentos me animé a sentarme junto a él.

    -¿Qué onda, qué haces?- le pregunté en tono amistoso.
    -Nomás jaja- dijo como nervioso, pero entrecortado, no le entendí bien.
    Estiré mi mano para tocar discretamente su paquete debajo de su pants gris.

    La tenía totalmente dormida, no se notaba un bulto, sino su verga flácida como un pellejo. Empecé a sobarlo por encima hasta que empezó a crecer. Luego metí mi mano debajo de su pants para sentir su verga hacerse bolita debajo de su truza. Ahora metí mi mano debajo de su truza y sentí su verga tibia crecer aún más.

    El wey no se movía, seguía con las piernas abiertas. Cuando se le puso más dura se la sacó. Era una verga medianita, un poco gruesa, pero con la cabeza muy chiquita y puntiaguda. Parecía una bolita de chorizo con la cabeza en forma de mamila de biberón. Peluda.

    Me incliné sin bajarme de la banca y le di una mamada. Se sentía chiquita en mi boca y me la pude meter a fondo. El wey sólo sonreía en voz baja, como entre nervios y sorpresa. No dejaba de ver a los alrededores para vigilar que nadie pasara. Yo me estaba dando unas embestidas bien ricas en la boca con esa verguita gorda. El wey se levantó un poco para bajarse más el pants y yo me hinqué frente a él a seguir haciéndole sexo oral. Los coches pasaban por la Av. Alameda y nosotros mamando rico a unos cuantos metros.

    -Allá atrás- me dijo en voz baja.
    -¿Qué?- le pregunté. Pensé que se refería a que alguien venía por atrás de nosotros.
    -Atrás, vente- dijo. Se refería a irnos al pasillo detrás del parque. Noté que el wey como que no estaba bien al 100%, tal vez tenía alguna discapacidad o trastorno del habla. Tenía que repetirle con mis palabras lo que él decía para confirmar si eso quería o no.
    -Ve tú y ahorita te alcanzo- le dije, para no ser tan evidentes.

    El wey se guardó la verga, se paró, se veía bien rico su bulto parado debajo del pants, se lo toqué y el vato se fue caminando hacia el pasillo. Lo seguí unos momentos después y llegamos a una parte oscura detrás de una bodega. Ahí se quedó parado junto a un árbol, se la volvió a sacar, ya flácida y yo me la volví a meter a la boca para mamarla y parársela de nuevo.

    Le pregunté si era casado: no. Si tenía vieja: no. Me dijo que vivía en una colonia al oriente y que había llegado ahí en camión. De verdad que era difícil preguntarle algo porque decía las frases a medias. Sí debe tener algún detalle en el habla, pero la neta eso es lo de menos. Estaba alto, sabroso, pezones carnosos, pancita chelera, nalgonsísimo y peludo de las nalgas, su verga chiquita y gordita pero muy mamable. Ahí estuve hincado haciéndole oral y chupándole sus huevitos peludos, me paré también a mamarle sus pezones.

    -Culo, a ver tú- me dijo. Descifré que quería verme las nalgas, pero la verdad no venía preparado y se lo dije. Le dije que sólo me dejara mamársela.
    -No, culo, tú- dijo de nuevo y el wey me dio la espalda para mostrarme su culote peludo. ¡Qué delicia!
    -¿Quieres que te chupe el culo?- le pregunté bien cachondo.
    -Siii- dijo con su sonrisa nerviosa.
    La neta sí se me antojaba, pero sólo le di unas chupadas y mordidas leves a sus nalgotas, no probé su ano (por higiene). El wey se abría las nalgas para que me acercara y le lamiera su hoyito, pero la neta no me animé. Sólo se las deje bien babeadas con todos sus vellitos del culo mojados.

    Me puse de pie y lo abracé por la espalda. El wey mediría como 1.80 y yo bien chaparro, pero ahí andaba pellizcándole pezones con la mano izquierda, masturbándolo con la derecha y agachándome a lamer su nalgotas peludas.

    -¿Quieres que te la meta?- le pregunté bien cachondísimo.
    -Sii- me dijo el wey y sacó un condón, volví a agacharme a morder su culote y el wey se abrió las nalgas. Estaba por tomar el condón cuando se acercó un wey desde el fondo del pasillo. Era un vato de pantalón blanco y playera roja (colores muy exóticos para andar yendo de faje).

    El farruquito se asustó un poco y se regresó para las bancas. Justo en ese momento pasaron dos chavitos hacia el fondo del pasillo (no creo que a correr), uno gordito y uno delgado, como de 18 años (apenas, quizás menos).
    Fui a ver al wey de pantalón blanco para ver qué buscaba. Estaba parado en donde terminaba el pasillo detrás del parque, viendo hacia el baldío. Era un wey de unos 28 a 30 años, de 1.70 de altura aprox. No se veía feo.

    -¿Qué onda? ¿qué haciendo?- le pregunté en forma amistosa
    -Aquí nada más…- dijo un poco apático.
    -¿Qué te late?- le pregunté.
    -Pues soy un poco más activo- me dijo.

    Me atreví a estirar mi mano para agarrarle el paquete.
    -¿Me dejas verla?- le pregunté con timidez (falsa, pero para sonar convincente jaja) mientras buscaba con mi mano su cierre del pantalón y se lo bajaba.
    -¿Me la quieres mamar?- me preguntó.
    -Sii- le dije, poniéndome de frente a él y tocándole ambos pezones con las dos manos.
    -Pues me la tienes que mamar para que se pare- me dijo.
    Se desabrochó su cinto, se bajó el cierre y se asomó su bulto debajo de su truza. Me hinqué frente a él y se la sacó. Era una verga normal, más larga que la del farruquito y sin circuncidar. La tomé con mi mano derecha y le recorrí el prepucio para masturbarlo y poder darle una chupada.

    Olía feo. La neta no se la iba a mamar así, entonces volteé a la derecha, viendo al camino.
    -Ahí viene alguien- le dije (la vieja confiable para zafarme de situaciones incómoda).
    -Ahorita vengo- le dije y me regresé por el camino. Se ve que sigue habiendo faje a diario en la pona. Se ven sombras de vatos que entran y salen del baldío en la oscuridad, la mayoría buscando faje.

    De nuevo en la zona de bancas noté 2 siluetas de vatos gordos buscando faje por ahí. Volví a ver al chacalito de hace rato y me acerqué de nuevo a él y le di un agarrón de paquete.
    -Alguien- dijo. Volteé y se acercaba una de las siluetas de los vatos gordos que andaban por ahí.
    -Esos weyes te van a acabar de terminar la chamba- le dije, y le hice señas con la mano de que ya era tarde y ya me iba.
    Se acercó un wey gordito que iba en pants.
    -Ustedes síganle, yo les hecho aguas- Dijo, pero en voz muy alta.
    -Shhhhhh- le dije para que hablara en voz baja. Yo ya me iba de todos modos. Entonces el gordito se acercó y le dio un agarrón de verga por encima del pants al chacal.

    Me fui, y de camino por la calle Beethoven venía un vato caminando muy despacio, con bermuda y playera de esas de algodón ajustadas. Era delgado y se veía joven, atractivo. Llevaba cubrebocas. Como que me estaba viendo de lejos mientras nos acercábamos el uno al otro. En cuanto estuvo a 2 pasos de mí se agarró la verga por encima de la bermuda sin dejar de verme, ofreciéndomela. Sí se le notaba un buen bulto.

    Me acordé del chavo que caminaba afeminado cuando llegué. Recordé también que una vez leí por ahí que en esas calles iban vatos a buscar quién se los llevaba a coger en sus coches. Tal vez este wey era uno de ellos. Avancé unos pasos y volteé hacia atrás. El wey me estaba viendo y se estaba agarrando el paquete con una mano. Me acerqué a él.

    -¿Qué onda, vas para allá?- le pregunté, refiriéndome a si iba para las bancas de la Pona.
    -¿Qué, sí hay movimiento?- me preguntó
    -Sí, pero ninguno como tú- le dije medio cachondo.
    -Jaja, ¿cómo? – preguntó, algo divertido.
    -Así de ricos… – le dije, bien cachondo y agarrándole el bulto por encima de la bermuda. Sí estaba vergón este cabrón.
    El wey volteó a ambos lados. Nos ocultaba un arbusto frondoso y entonces se bajó el cierre de la bermuda y se la sacó. Era una verga larga, colgante y gruesa, semiflácida.

    Me agaché de inmediato, se la olí (no olía feo) y me la metí a la boca. Prácticamente en unos segundos iban a pasar los coches cuando el semáforo frente al hotel Alameda cambiara a verde. Y ahí me tenía este cabrón agachado mamándole la verga. Tal vez alguien nos podría ver en cualquier instante. Serían 7 segundos los que tuve su verga en mi boca, pero me excitaron al mil. Nunca había sido tan exhibicionista y arriesgado.

    Seguí un ratito al wey para disimular y platicamos de sitios de faje. Era un vato como de unos 40 años o más, pero delgado y bien conservado. Hablaba varonil. Le platiqué del baldío de pintores y del aqua steam.

    El wey me dijo que se iba a ir para allá (para evadirme). Entendí que ya había pasado mi momento con él, pero noté que el wey a los coches que iban tripulados solamente por un hombre los volteaba a ver y se agarraba la verga por encima de la bermuda, justo como hizo conmigo. Uno de esos hombres sí se paró y se quedó esperando en su coche, viendo el celular.

    El vato exhibicionista se fue a la avenida detrás de la Pona y se sentó en una banca en el camellón, a seguir agarrándose la verga. Quise ir a seguirlo y mamársela más, pero no me animé y tal vez él ya no quería. Me fijé que el vato que se detuvo se me quedó viendo. Quise acercarme, pensando tal vez que también estaba con la verga de fuera viendo a quien subir a su coche para que se la mamara. Me dio muchísimo morbo, pero ya me tenía que regresar y me la jalé en la casa. Qué rica experiencia esto del exhibicionismo.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #110941
    hefraperez
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    Ya hay nuevo glory hole en los baños de Villateresa. Da hacia los mingitorios y sí cabe una buena reata ahí. Verificado 26-mayo-21

    en respuesta a: Estacionamiento Plaza #109941
    hefraperez
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    Hoy 19-mayo-21 fui al centro a recoger un encargo, como a la 1:30 pm. De ahí pasé a los baños del estacionamiento Plaza. Parece que ya están siendo muy concurridos, no sé si sólo a esa hora o en cualquier momento. Contándome a mí estábamos 7 personas en los baños, todos buscando faje.

    Estaba un gordito alto que conozco de un grupo de whats, pasivo, de 20 años. Un hombre delgado, alto, moreno, parecido al señor chacal chilango que me topé la vez pasada, pero más joven, de unos 35 años. También estaba un hombre de unos 35 años, alto, barba de candado, pantalón blanco, tipo oso pero robusto, no gordo. El otro era un chavito rubio, delgado, de unos 18 a 20 años (tal vez menos), de rasgos muy finos. Literal todos se lo querían comer (me incluyo). Los que estaban en los cubículos, aunque en un principio no los vi, eran un señor chacal como de 45 a 50 años, muy chaparrito, como de 1.60, moreno, delgado y tatuado. El último era un vato de unos 28 a 30 años, moreno y medio afeminado. Iba con pantalón negro muy ajustado.

    Entrando de inmediato sentí todas las miradas y la sensación de tensión sexual entre todos. Algo muy normal en sitios de faje. Nadie hacía nada, pero noté que el gordito alto se estaba sobando la cabeza de la verga por encima del pantalón. Me dio risa (en mi mente) porque el wey es pasivo y traía pintadas las uñas de verde fosforescente. Neta no hagan eso. Si quieren pasar desapercibidos en un sitio de faje no den señas de feminidad.

    Como ya éramos 5 en esa área, se impacientaron y salió el barbón de pantalón blanco y el chavito rubio detrás de él (que lástima). En eso salió la persona del segundo cubículo. Era el señor cholito chaparro. Yo me metí a ese cubículo y noté que el de al lado buscaba faje, le hice señas con la mano para que se hincara, pero no lo hizo.

    Entonces me levanté, me empecé a masturbar y abrí mi puerta. Esas puertas abren hacia afuera y tienes que abrirla por completo para asomarte. El señor cholito estaba ahí recargado en la pared (pensé que se había ido) con eso supe que buscaba faje. Cerré nuevamente mi puerta, pero como el de al lado no hacía nada, volví a abrirla y me asomé con la verga de fuera. Me vieron el gordito alto pasivo y el señor cholo, que ya traía su verga de fuera y se la estaba jalando. A pesar de su estatura estaba vergón, morena y circuncidada. Le hice señas para que se acercara y se la empecé a jalar. No tenía ganas de mamar, pero sí estaba muy chupable esa verga.

    Así estuvimos un rato, hasta que salió el vato del baño del fondo y se quedó también en los lavabos, era el wey de pantalón negro apretado. Me pasé entonces al baño del fondo y como todos íbamos a lo mismo, abrí mi puerta con la verga de fuera y el señor chaparrito se volvió a acercar para que lo masturbara. Ya la tenía bien dura y sí pensé en mamársela, pero como que ya casi se venía, ya estaba lubricando y la tenía bien caliente, le latía y el señor gemía en voz baja.

    El señor fue a los mingitorios y se abrió la puerta del cubículo de al lado. Era el vato de pantalón negro, medio afeminado. Estaba parado con la verga de fuera. No era muy vergón, pero me excitó que traía un aro en los testículos, de esos que se ponen para que no se peguen los huevos al cuerpo y dure más tiempo la erección. Me acerqué y le agarré su verga, la tenía ya lubricada y lo masturbé rico. En eso sonó la puerta de entrada y me regresé rápido al baño del fondo.

    Era nuevamente el barbón de pantalón blanco. Al parecer salió un rato a que se despejara el lugar pero aún seguíamos todos ahí. Me subí el pantalón y me asomé nuevamente con el de al lado para masturbarlo y chuparle sus tetas ricas y morenas, con sus pezones carnosos. Los demás estaban parados, sobándose la verga en el área de cubículos y lavabos, pero nadie hacía nada. Ya se había ido el señor chaparrito y un momento después salió el barbón de pantalón blanco de nuevo.

    Estando ya sólo el gordito alto, el vato delgado, moreno y alto, el del aro en los huevos y yo, nos quedamos los tres primeros en los mingitorios y los lavabos. El del aro siguió en su cubículo. Me acerqué con el vato alto y le agarré con discreción el paquete. Se fue al primer mingitorio y se sacó la verga. La tenía flácida y se masturbó para que se le parara un poco, luego me la ofreció. Lo giré hacia mí, me agaché y se la empecé a mamar. La traía limpia y se notaba que le iba a crecer mucho, aún la tenía flácida en mi boca.

    El wey me sostuvo la cabeza y me empezó a embestir muy rico la garganta con su verga. Yo abría la boca y cerraba la garganta para que topara su verga y sintiera como si fuera un culito o panocha caliente que tuviera que abrir a empujones. Hacíamos pausas para que yo respirara y lo seguía masturbando. El gordito sólo nos veía y se la jalaba. Hasta eso estaba medio vergón, se le veía rica, pero sus uñas verdes mataban todo interés de mí hacia él jajaja.

    Se la seguí mamando muy rico al vato moreno alto. Le subí la playera para mamarle sus pezones. Los tenía chiquitos, pero mientras se los mamaba lo seguía masturbando. Así estuvimos un rato hasta que escuchamos que alguien se acercaba y me fui a los lavabos. Dijo el chavo gordito que no era nadie, pero le dije que a veces por las ventanas cuadradas que dan hacia afuera se asoman o graban con el celular (un wey una vez hizo eso y grabó a unos vatos fajando para subir el video a un grupo de whats, qué pendejo, la verdad).

    Como que se paniqueó el gordito y se fue. Entonces nos quedamos el vato moreno alto y el del aro en los huevos, que salió del baño y se acercó a nosotros. Yo se la seguí mamando al vato alto y al otro lo masturbé, pero justo en eso sonó la puerta de entrada. Era un vato chaparro, joven y de barba de candado, medio barrigón. Llegó y se quedó recargado en la pared sin hacer nada. Casi un momento después sonó nuevamente la puerta. ¡Era otra vez el güerito guapo! Se fue a un mingitorio y el vato chaparro de barba que entró se puso en el mingitorio de al lado. Ambos se sacaron la verga y se la miraron uno al otro, pero sin hacer nada. Yo ya me quería ir, así que fui al cubículo pequeño a masturbarme y deslecharme. Al terminar fui a los lavabos y se fue el güerito, con el otro vato detrás de él. No supe qué hicieron en los mingitorios. Nos quedamos sólo el vato alto al que se la mamé, el del aro en los huevos, un wey que entró al baño del fondo y no salía (buscaba faje, se estuvo agachando para espiarnos) y yo.

    Estos vatos estaban en los lavabos y yo me puse en medio de ellos. Les agarré el paquete a ambos al mismo tiempo, uno con cada mano y los empecé a sobar y a sentir sus vergas bajo sus pantalones. El vato alto tomó mi mano y se la restregó con fuerza sobre su bultote. Entonces se sacaron la verga los dos y los masturbé al mismo tiempo, como si fueran palancas de velocidades. Era algo muy rico y que hace mucho tiempo no hacía, tener dos vergas a la vez en mis manos. Me excité mucho y me fui directo a la verga del vato alto, estaba más pitudo y la neta era más varonil. Al otro se la seguí jalando con la mano derecha. Hice una pausa para tomar aire y en eso el otro wey se agachó a mamársela al vato. Me dio coraje, pero ni modo, que probara también. Entonces le levanté la playera al alto para mamarle sus pezones. Estábamos los dos dándole placer.

    Se despegó de mamársela y el vato alto se empezó a masturbar con fuerza. Yo me agaché a darle lengüetazos en su verga a cada jalada que se daba. Luego me levanté y le mamé sus chichitas al vato del aro en los huevos. Me empujó de los hombros hacia abajo para darle una mamada. Accedí, le di una chupada y en eso volteo y el otro vato se empezó a venir, echó varios chorros al piso

    -¡Qué rico…!- le dije mientras el wey tiraba toda su leche al suelo.

    Terminó el vato, tomó un pedazo de papel y medio limpió su leche tirada y se fue. Me quedé solo con el vato del aro y el wey del baño del fondo que aún no se iba. Nos fuimos al primer mingitorio, le bajé su pantalón para verle sus nalguitas ricas y morenas, lo abracé por detrás para arrimarle el paquete mientras lo masturbaba con la derecha y con la izquierda le agarraba sus tetas ricas. El wey jadeaba de excitación. Nos fuimos a los lavabos y sin dejar de agarrarle sus nalguitas y sus pezones, le dije al oído que había más lugares de faje. Le dije de la pona y que también podía usar Grindr (ya lo usaba). Me lavé las manos, me despedí y me fui.

    en respuesta a: Baldío Pintores Mexicanos #109582
    hefraperez
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    Fui el pasado lunes 10-mayo-21 al terreno de Pintores. Había muchísima gente junto a la Aurrerá por lo de la vacuna COVID. Fui a eso de las 6:30 pm. El día estaba muy nublado y no tardaba en llover. De hecho, al llegar a la lagunita no se veía nadie, quizás por ese motivo.

    Di varias vueltas por el lugar, pero no pasaba nadie. Al estar cerca de la instalación de Veolia, vi que alguien venía bajando por el cerro. Era un muchacho delgado, alto, vestía pantalón de mezclilla, pero muy ajustado y caminaba afeminado. Me acerqué al punto donde iba a pasar y vi que era como un farruco (cholo moderno), alto, delgado, chacalón, la neta sí se le veían piernas ricas y nalguitas sabrosas con ese pantalón. Iba con el pelo rapado y teñido como de gris. Estaba guapo, pero caminaba afeminado. Me vio y yo me agarré el paquete para que notara mis intenciones.

    Se fue por el camino que rodea la lagunita y lo seguí. Ya llegando al final del camino se detuvo y se regresó. Cuando pasó junto a mí lo saludé, volteó a verme y de inmediato se puso de espaldas a mí y me ofreció su culito, me lo restregó en la verga por encima del pantalón.

    -¡Qué rico, mi rey!, Vámonos más para allá- le dije mientras le apretaba sus nalguitas y le daba un agarrón de verga. Ya se le estaba parando también.

    Me dijo que lo siguiera y nos fuimos a un lado de la instalación de Veolia. Pasó el primero y se asomó. Ya estaba algo crecida la hierba. Pensé que nos íbamos a ir a la parte de atrás, pero dijo este chavo que estaba muy feo el lugar, así que nos quedamos ahí a un lado. Llevaba su cubrebocas el vato, pero cuando nos pusimos ahí se lo quitó. Salvo por su forma de caminar, pero se veía varonil, cara masculina, barbita rasurada y con muchos tatuajes en los brazos. El wey me agarró la verga por encima del pantalón y me la saqué para que me masturbara.

    – ¿Te gustan los besos? – le pregunté. Me dijo que sí y me acerqué a él para besarlo. Besaba tímido, sabía a tabaco, creo que estaba fumando en el camino. Entonces el wey se desabrochó el pantalón y se sacó su verga también. El vato era moreno claro pero su verga estaba más blanquita, la tenía más grande que yo, gruesa y bien peluda. Su vello púbico negrísimo, se me hizo raro ver vello tan oscuro y me dio mucho morbo. Se la agarré para masturbarlo y le levanté la playera para mamarle su pezón café y grueso.

    -Ahhh- gimió el cholito mientras le mamaba el pezón. Me excitó escucharlo, así que me bajé a mamársela.
    -Ahhh- volvió a gemir más fuerte. Entonces se la mamé más profundo para darle placer.
    – ¡Ahí viene alguien! – me dijo. Se guardó la verga y se subió el pantalón.

    Se fue rápidamente y volvió a subir el cerro en dirección a la Aurrerá. Me hizo señas desde lejos pero no supe si quería que lo siguiera o eran señas de que lo esperara y volvería en un rato. Me quedé en el lugar, caminé y di varias vueltas, e incluso me topé a otros vatos pero no se dio nada más.

    De rato veo que nuevamente viene bajando este farruquito por el cerro, pero se queda a la mitad, debajo de un huizache ¡y se saca la verga!, ¡así, a medio cerro! Me excitó su exhibicionismo. Quienes vivieran en las casas que se ven a lo lejos por el Palomino lo iban a ver y aún así estaba este sabroso chacal con sus piernas torneadas y su verga bien parada, jalándosela para que me acercara.

    Mordí el anzuelo y me dirigí con él. Al llegar, sin decir palabras me hinqué y me la metí a la boca de nuevo. Ya la tenía bien parada, dura y caliente por estársela jalando. Yo estaba tan excitado por lo sabroso del vato y por el exhibicionismo. El cholito solo miraba hacia todos lados vigilando que nadie pasara.

    – ¡Ahí viene una vieja! – dijo con sorpresa. Se volvió a guardar la verga y se fue caminando de nuevo cerro arriba. Volteé hacia atrás y venía una mujer en un coche caribe subiendo el cerro con dificultad, rumbo a Pintores Mexicanos. El cholito siguió subiendo el cerro y yo lo seguí, con el pito bien parado debajo del pantalón.

    Llegamos a la parte más alta de la loma, justo detrás de la Aurrerá. Había muchos arbustos y huizaches espinosos. Estaba ahí un hombre, como de unos 25 años, parado, viendo el panorama. No parecía a primera vista que buscara faje.

    Entonces este farruquito se paró a unos 10 metros de él y se volvió a sacar la verga y a masturbarse. Sólo lo tapaba un huizache pequeño, pero fácilmente podía verlo el otro chavo si volteaba a la derecha. Me asusté un poco la verdad y al llegar con este cholito le hice señas para que se diera cuenta que nos podían ver, como diciendo “Ve wey, ahí esta un vato, nos van a ver”.

    El cholito me hizo señas de despreocupación, como diciendo “viene a lo mismo, no hay pedo”. Así que yo me acerqué nuevamente y volví a hincarme para chupar de sus mieles de macho. Le bajé más el pantalón y le chupé sus huevos pequeños. Tenía un culito muy duro, le bajé el bóxer y así, estando de pie lo volteé. ¡Pinche culito más hermoso!, lampiño, moreno, paradito y bien duro. Le di unas lamidas, me ensalivé un dedo y exploré su rajita para buscar su ano. Casi no tenía vello y lo encontré. Le di una pasada de lengua por su rajita y luego volví a mamarle la verga mientras con el dedo ensalivado estimulaba su ano.

    No supe si el otro vato se nos quedó viendo, yo estaba tan excitado y concentrado en darle placer al farruquito. Lo chupé y dedeé hasta que se vino en mi paladar. No me despegué de su verga hasta que él solo me la sacó, despacio.

    -Voy a la Aurrerá- me dijo en voz baja y algo serio. Se subió el pantalón y se fue por el camino. Yo volteé a escupir su leche (no trago semen) y volteé a la derecha, para ver si aún seguía el tipo de hace rato. Iba bajando el cerro en dirección a la lagunita. Yo aún seguía excitado y decidí seguirlo, pero justo cuando llegó al punto más bajo, volvió a subir el cerro rumbo a la Aurrerá.

    -Vato mamón- pensé. Tal vez andaba de curioso y nada más andaba viendo, o le dio miedo y me evitó. Volví a subir el cerro, pero el wey ni me volteó a ver, así que rodeé el camino para irme a la Aurrerá a lavarme la cara y la boca e irme. Cuál es mi sorpresa que detrás de un huizache, a menos de 20 metros de donde se veía la fila de las personas en la vacuna, estaba una pareja (hombre y mujer) ¡teniendo sexo oral! Estaba la mujer, joven, delgada y morena, de pelo rubio teñido sentada mamándole la verga a un hombre chacalón, con gabardina gris y más viejo que ella, como de unos 45 años. El hombre le platicaba cosas para disimular, pero la tenía bien calladita con el pito en la boca.

    Me dio morbo y sorpresa, pero no quise interrumpirlos y rodeé por otro camino para salir a la Aurrerá. Fui a los baños y me masturbé hasta deslecharme. Me limpié y me fui. Qué rica experiencia.

    en respuesta a: Baldío Pintores Mexicanos #109581
    hefraperez
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    Pensé que sí había publicado relatos de este sitio, pero al parecer no. Durante el tiempo de contingencia solo fui una vez con un tipo muy insistente de WhatsApp, que quería que le enseñara el lugar. Por cierto el cabrón me había mandado una foto suya (un tipo delgado, nalgón) y resultó ser un gordo muy moreno, mezcla de Juan Gabriel y Paquita la del Barrio (guácala).

    No sé ni por qué le seguí la corriente. Caminaba como señora embarazada. Pero bueno… ya estando ahí recorrimos el lugar y junto a la lagunita se la sacó y se la jalé hasta deslecharlo (pito chico y en forma de cono). Creo que ha sido de las experiencias no más desagradables pero sí incómodas, por eso lo corto del relato.

    en respuesta a: Estacionamiento Plaza #109200
    hefraperez
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    Fui al centro hoy 14-mayo-2021 a mediodía. Pasé a los baños del estacionamiento plaza y para mi sorpresa había gente buscando faje. Cuando llegué estaban los dos cubículos ocupados y en los mingitorios estaba un hombre chacalón, moreno, de unos 45 años, supuestamente orinando, pero en realidad se estaba masturbando. Notó que me di cuenta que se la estaba jalando y cuando me iba a acercar a él sonó de nuevo la puerta. Era un señor ya mayor (60 o más) que al principio se molestó porque estaban los baños ocupados y se quedó recargado en la pared. El chacal y yo nos quedamos en los lavabos. Él viendo hacia la pared y yo viendo hacia donde debería haber un espejo. Noté al chacal agarrándose el bulto y en una de esas, viendo de reojo si no nos miraba el viejito, le empecé a sobar el bulto al chacal por encima del pantalón. Con el dedo pulgar e índice le empecé a sobar la cabecita. No se notaba pitudo, pero tal vez aún no se le paraba del todo.

    No quise verme exhibicionista con el viejito y mejor me salí, para hacer el pendiente por el que fui al centro. Cuando terminé de mis asuntos, volví al baño del estacionamiento, a eso de la 1:30 pm. ¡Ya había más vatos en el baño! Y todos se notaba que buscaban faje. Los dos cubículos estaban ocupados y afuera estaban 4 personas, conmigo 5. Dos eran chavos y se notaba de inmediato que buscaban faje, estaba un hombre maduro alto y el chacal de hace rato. No supe si se salió y volvió a entrar o estuvo ahí más de una hora. Para mí que fue lo último.

    Se me quedaron viendo todos, como para descifrar si buscaba faje o no. Yo no acostumbro mirarlos a la cara o hacerles guiños o señas, para mantenerme a la expectativa. Me fui caminando al fondo para ver si estaban los de los cubículos haciendo del baño o no y de inmediato noté la mirada de los 4 cabrones sobre mí, pero no me incomodé. Ya he sentido esas miradas antes.

    Como nadie se animaba, me fui al primer mingitorio, me saqué el pene y me lo empecé a jalar. El hombre maduro alto estaba detrás de mí, pero dándome la espalda. No se fijó que me la estaba jalando, pero uno de los chavos sí. Entonces me regresé a los lavabos con el pito parado debajo del pantalón. El chacal de la primera vez estaba inquietísimo por querer manosearme y los chavos se me quedaron viendo al bulto.

    Salió el hombre del cubículo del fondo. Un chacal también entre 45 a 50 años, moreno y venía subiéndose su short. A huevo que también buscaba faje, pero se lavó las manos y se fue. Uno de los chavos se metió al cubículo y los que quedamos regresamos a la ansiedad sexual. Nadie hacía nada. En eso sonó la puerta de nuevo y entró un chavo chaparrito, como de 27 a 30 años, moreno, de buen ver, pero difícil de identificar si buscaba faje.

    En eso me doy cuenta que el hombre maduro alto era un señor chacalón como chilango que me he topado varias veces en los baños de la Constitución. Se quedó recargado en la pared, viendo hacia los mingitorios. “¡A huevo, este sí va jalar!” pensé.

    Me fui entonces nuevamente al primer cubículo a “orinar”, pero esa vez me bajé el pantalón a media nalga, mostrado mi culote lampiño y jalándomela. Noté de inmediato la mirada del señor chacalón chilango y de uno de los chavos que estaba ahí, pero ninguno se acercó.

    -¡Valiendo madre!- pensé. No podía perder más tiempo
    Me regresé a los lavabos y enfrente de mí estaba el chavo morenito que acababa de llegar, y a un lado el chacal que vi más temprano.

    Volví a sobarle la verga por encima del pantalón al chacal. El chavo de enfrente sólo estaba viendo el celular y no nos miraba. Entonces decidí hacer algo más arriesgado. El señor chacal chilango estaba también con el pito parado debajo del pantalón y se lo sobaba discretamente. Me acerqué con él, me recargué en la pared a su derecha y con discreción estiré la mano izquierda para agarrarle el bulto. Ni siquiera volteó el don, como que captaba que debía ser lo más discreto posible porque aún no sabíamos si el chavo que entró buscaba faje.

    Yo ya bien cachondo busqué el cierre de su pantalón y lo bajé con discreción, con una mano. Ya se notaba su pito parado. Metí mis dedos por entre el cierre y noté su verga caliente y dura debajo de su calzón. “¡Qué delicia!” pensé. Recorrí con mis dedos su verga para llegar a la punta. ¡NO mames!, ya tenía su calzón bien mojadito y caliente donde estaba la cabeza de su verga, su lubricación bien babosita mojando su calzón. ¡¡Qué rico!!

    El señor se sacó con cuidado la verga, una verga morena y circuncidada que ya he mamado un par de ocasiones. Me cambié a su izquierda y él volteó para darle la espalda a los demás. Me hinqué con una rodilla al suelo y me llevé su verga a la boca. Uffff, ¡qué rica verga!

    Noté entonces que el otro señor chacal se asomó a vernos y luego fue con el chavo jovencito del celular que acababa de entrar, lo abordó como para preguntarle si buscaba faje mientras yo se la mamaba a este señor. El otro chavo ya se había ido. Éramos 6 personas ahí. Los dos chacales, el chavo del celular, los 2 de los cubículos y yo.

    Le bajaron al cubículo del fondo y el chacal chilango se guardó la verga. Yo me fui a los lavabos y salió uno de los chavos de hace rato y el chavo del celular se fue a “orinar” a un mingitorio. Si no buscaba nada desde un principio hubiera hecho eso y se hubiera ido, pero al parecer no le gustamos o sólo iba a ver.

    Entró alguien más, un chavo de short gris, delgado, chaparrito y barbón, de tez blanca. Como el baño estaba lleno, decidí salir un momento y esperar en el estacionamiento. Después de un rato salió el señor chilango al que se la mamé y el chavo morenito del celular. Entonces regresé al baño. Estaba el chacal del principio y el chavo de short en los mingitorios. Yo me fui al baño del fondo y de inmediato el chacal fue detrás de mí. Apenas entré y el wey ya estaba sacándose la verga a mis espaldas. Era un pito chico (lo imaginaba), moreno y de cabeza chiquita. Venía limpio, no olía mal. Se lo agarré y le di unas jaladas, pero el chacal me tomó del hombro y me empujó hacia abajo, la verdad con algo de fuerza y desesperación.

    Cedí, me agaché, le vi bien la verga y se la chupé, La tenía chiquita y me cupo completa. El chacal tenía técnica, me la metió a fondo por la boca y me embistió rico. Le chupé sus huevitos peludos y luego se la volví a mamar. Entonces me la metió a fondo nuevamente. Me sujetó de la cabeza y sin soltarme empecé a sentir su verga endurecerse más y luego lanzar chorros de leche en mi paladar, con el olor como a cloro del semen. No me soltó hasta venirse totalmente. A mí la verdad me asquea el olor del semen y más si lo tengo en mi boca. En cuanto pude despegarme me levanté a escupir su leche en la taza y el chacal a terminar de jalársela. Se limpió con papel y salió.

    Yo me quedé en el cubículo aún escupiendo leche y con la verga parada. En eso entró el chavo güerito de short gris. Me vio bien erecto y él también se sacó la verga. Una verga güera, sin circuncidar y con vello púbico muy rizado. Se la jalé y me agaché. Le di una chupada por el morbo que me quedó del chacal anterior. La verdad la verga le sabía feo, con olor fuerte. No creo que viniera aseado y sólo le di una chupada, me levanté y me jalé la verga hasta deslecharme en la taza.

    El chavo se puso al lado izquierdo de mí y con la mano derecha me agarró el culo y empezó a dedearme cerca del ano mientras yo me venía. El wey me miró deslecharme y cuando terminé salió a los mingitorios a jalársela también hasta venirse.

    Salí a los lavabos, me enjuagué la boca y la cara. Al terminar el chavo se acercó a mí. Le dije que ese lugar sí estaba bien pero que seguido entraban los encargados a checar o mandaban a una persona como si fuera a usar el baño para revisar que no hicieran faje. Le dije de otros sitios y le pregunté si usaba Grindr (no sabía que era, supongo que era hetero curioso). Le expliqué un poco, le di unas pastillas Halls, nos despedimos y salí. Él se quedó ahí.

    en respuesta a: Central Camionera Aguascalientes #106221
    hefraperez
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    Hoy 27 de abril fui a los baños de la central camionera, a eso de las 11 de la mañana. Entré a los que están junto a 5ª Avenida. Pensé que los iban a estar lavando y no se iba a poder hacer nada, pero estaban desocupados y muy solos.

    Justo antes de entrar, delante de mí iba un hombre afroamericano, no sé si de los hondureños y centroamericanos que andan hoy en día en cualquier esquina de la ciudad. Me dio muchísimo morbo el esperar verlo adentro y poder probar por primera vez una verga negra gigante (¡qué rico!). Por mala suerte, el rehilete de la puerta no estaba bien cerrado y cuando puso sus monedas, terminó de cerrarse y no pudo pasar.

    -Fuck the shit!, ¡Chingada madre! -, dijo el negrito. No supe si era norteamericano pero el español y las groserías le salieron muy naturales, tal vez si era hondureño. Pensé en un momento pagarle la entrada, pero se fue casi de inmediato, ¡qué mala suerte!

    Me cercioré de que el rehilete estuviera bien cerrado para que no me pasara lo mismo, puse las moneda y entré. Adentro sólo estaba un hombre en el penúltimo cubículo (“a huevo que busca faje”, pensé). Me metí al último cubículo y noté de inmediato que se puso a espiarme por el agujero de la división. No tardé mucho en acercarme y agacharme para que me tocara. Me agarró los huevos y luego buscó mi verga para empezar a masturbarme. No soy vergón, pero aún así me dio unas jaladas muy ricas.

    Cada cierto tiempo entraban algunos hombres, pero no se llenó el baño. Algunos se agachaban para ver qué hacíamos (también buscaban faje), pero no se animaban a nada. Me estuvo jalando la verga varias ocasiones este vato, haciendo pausas en lo que se iban los mirones.

    Me desesperé un poco y fui a lavarme las manos, esperando que salieran los mirones y así fue. Entonces volvimos a quedarnos el vato del penúltimo cubículo y yo, solos. Me fui directo al último baño y me le hinqué, por debajo de la división, ofreciéndole mi verga. El wey me dio unos jalones bien ricos y le hice señas para que se hincara también. Era un tipo delgado, moreno. Por el cubrebocas no supe distinguir si era mayor o joven, tendría unos 35 a 40 años.

    Ya estando hincados nos empezamos a jalar la verga mutuamente. El wey pasó su mano por debajo de mis huevos para buscar mi culito y dedearme. Me excité y me agaché más para darle una chupada a su verga. El wey venía rasurado del pito. Un pito delgado y moreno claro. Olía a jabón, como que se acababa de bañar, eso es bueno.

    Con la masturbación casi no se le paraba la verga, pero con las chupadas pude ver cómo esa verga delgadita iba creciendo y haciéndose más gruesa en mi boca. Hice varias pausas y noté cómo le creció el pito. Yo me estaba masturbando mientras se la mamaba. El wey metía más su pelvis hacia donde yo estaba, como queriendo pasarse a mi cubículo y lo escuchaba gemir en voz baja (¡qué rico y excitante!). En una pausa que hice pensé en decirle que se pasara a mi cubículo para que me diera verga estando de pie, pero seguí mamándosela y llegué al clímax, así que sólo me incorporé un poco para venirme en la taza, estando hincado y masturbando con la izquierda a este vato.

    Me vine todo y el wey ya tenía casi medio cuerpo del lado de mi cubículo, el wey estaba cachondísimo, pero a mí se me fue el líbido. Quise terminar de mamarlo hasta que se viniera, pero ya no pude y sólo le di unas palmadas en sus piernas para que se levantara. Pobre vato, me caí mal por no hacerle la chamba completa. Me limpié, me fui a lavar las manos, la cara y a enjuagar la boca. No supe si el wey se quedó donde mismo o salió, me miró por el espejo y se fue, pero ojalá haya terminado de deslecharse, para que no se quedara a medias.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #105519
    hefraperez
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    Hoy 23-abr-21 fui a los baños de la Consti, después de ir a unos pendientes, como a mediodía. Primero me fijé de lejos si se veían las señoras del aseo, pero estaba solo. Entré y no había nadie. Justo antes de ingresar se estacionó un coche blanco junto a la entrada y el vato entró a los baños casi detrás de mí. No lo vi bien. Me fui al baño del fondo y puse una llave del carro como cerrojo.

    El vato se metió al primer cubículo, se sentó y no hizo nada, pero de rato llegó otro wey a cagar al baño de al lado. Esperé a que se fuera y siguió sin hacer nada. Entonces me asomé a los lavabos para ver si el wey me espiaba por el agujerito de su cubículo. En eso se levantó, se subió el pantalón y antes de que saliera me regresé al baño del fondo.

    Se quedó en los mingitorios, parado sin hacer nada (lo vi desde debajo de la puerta del baño del fondo). De rato llegó otro wey y se puso en el mingitorio al lado de él. Supongo que se jalaron las vergas, pero un momento después se fue este vato que entró detrás de mí y se quedó el otro, pero en cuanto se fue el primer vato, este fue a mi cubículo a tocar:
    -¿Está ocupado?- preguntó.
    No le contesté, pero era plan con maña, el otro cubículo estaba vacío. Era una invitación para que le abriera y fajar. Como no le contesté, se fue a los lavabos.

    Me asomé. Era un chacal albañil, iba con su ropa del trabajo. Como iba algo sucio de tierra parecía un viejito, pero no estaba tan grande, tendría unos 30 a 35 años, moreno, robusto y rapado. Me lavé las manos y el wey se quedó recargado en los lavabos viendo a su celular, pero con la mano izquierda se estaba agarrando el paquete, con discreción.

    Me fui al mingitorio junto al primer cubículo, me saqué la verga y me quedé parado, sin hacer nada, fingiendo orinar. Entonces el wey dejó su celular y se paró en el mingitorio al lado de mí, se sacó el pito y se quedó parado también. Traía la verga ya erecta, no era muy vergón, pero la traía rasuradita, morena y limpia. Me asomé y me dejó agarrársela, sin decir nada. Entonces me hinqué y me la metí a la boca, dándole unas chupadas bien ricas.

    El wey se puso un poco nervioso de que nos pudieran ver por el reflejo de los azulejos, así que nos fuimos a los baños del fondo y ahí se levantó la playera y se bajó más el pantalón para dejarme mamarle su pito y sus huevitos prietos. Su verga era de grosor normal, pero de cabeza chiquita. Me embistió rico por la boca y luego se la mamé mientras se la jalaba.

    Como yo también me estaba masturbando, ya casi cuando me venía me puse de pie y el wey me giró para ponerme de espaldas a él y me arrimó el pito encima de las nalgas. Me levantó la camisa y me arrimó su pito caliente en la espalda baja. Quería deslecharse en mi espalda para que su leche escurriera por todas mis nalgas y mis piernas. Me dio mucha excitación quedar todo embarrado, así que llegué a mi clímax y me vine en la taza, mientras el wey seguía jalándosela detrás de mí. En eso se escuchó alguien echarle una moneda a la puerta de la entrada y le dije con señas a este chacal que saliera. Pobre vato, ya traía un chorro de lubricación escurriendo de su verga que cayó al suelo y así se tuvo que salir. Creo que se metió al baño de al lado a terminar de deslecharse.

    Yo me quedé con el pantalón en los tobillos y con mi mano llena de semen y tuve que ir a detener la puerta porque ya había entrado el otro vato y fue directamente a mi baño, empujó la puerta y notó que estaba yo ahí, parado, con el pantalón al suelo y deteniendo la puerta (se notaba desde afuera)
    Esperé un momento a que el wey se fuera (el primer cubículo estaba desocupado), pero el muy descarado se agachó, pasó su cabezota por debajo de la puerta y me observó, con el pantalón al suelo, recién deslechado y deteniendo la puerta. En cuanto se levantó, me agaché como pude y le hice señas con la mano de “NO”, de que no quería nada.

    Entonces me regresé junto a la taza para orinar y terminar de limpiarme, pero el muy cabrón abrió la puerta y me vio nuevamente de espaldas, con mis nalgotas lampiñas descubiertas. Aunque lo vi de reojo, no vi su cara, pero noté que traía el pito de fuera y se la estaba jalando de verme mis nalgotas. Volví a hacerle seña con la mano de “NO, VETE”. El wey como que no quería, pero al final se fue y se metió al primer cubículo.

    Terminé de limpiarme y salí a lavarme las manos, la cara y la boca, pero el cabrón estaba pegado al agujerito del primer cubículo, viéndome y viendo lo que hacía. Pinche vato morboso acosador. Deben ser discretos y esperar a que el otro les de entrada al faje, sino no. Qué coraje.

    Se quedó este vato cachondo y otro al lado (creo que era el chacal que me dio a mamar). Yo me fui del lugar. Creo que sí se debieron haber dado un fajezote cachondo entre los dos.

    en respuesta a: Estacionamiento Plaza #105502
    hefraperez
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    Ayer 22 de abril fui al centro en la tarde y pasé a los baños del estacionamiento Plaza, a eso de las 4 pm. Adentro había 4 personas aparte de mí: un chavo de unos 28 años, recargado junto al secador de manos, delgado, medio barbón y greñudo, de buen ver. El otro era un muchacho moreno que iba con pantalón blanco y una playera de manga larga negra. En un principio pensé que era un señor por su ropa, pero era un chavo como de unos 25 a 28 años también. Estaba recargado en la pared frente a los mingitorios.

    En el baño del fondo se notaba alguien de tenis azules, parado cerca de la puerta, pero sin estar sentado en la taza, por lo que era obvio que hace unos momentos estaba buscando faje. En el baño de al lado no pude distinguir quién estaba.

    El chavo greñudo y el otro de pantalón blanco tenían esa ansiedad sexual en sus miradas, se notaban tensos. Así que estando casi seguro que los dos buscaban faje, me fui al primer mingitorio a jalármela. Noté que el chavo de pantalón blanco se puso a mirarme a mis espaldas, pero no para buscar faje conmigo, sino como para asegurarse que yo también buscaba faje y hacer algo con el chavo greñudo. En ese momento salió la persona del baño del fondo. Era un chavo como de unos 20 años, alto, de short negro y gorra.

    Me guardé la verga y me fui a lavar las manos, justo después de que el chavo de short se las lavó. Ninguno de los 3 entraba al baño desocupado, ni se iba del lugar, estaban los 3 ahí amontonados a mi alrededor, así que para quitarles la tensión me fui al baño del fondo y me agaché para espiar qué hacían.

    El tipo que estaba al lado de mí en el cubículo salió, se lavó las manos y se fue. Los otros 3 seguían donde mismo. El greñudo en los lavabos, el de pantalón blanco se fue a los mingitorios (supongo que a jalársela) y el chavo de short recargado en la pared.

    Me levanté, me saqué la verga y abrí la puerta sin hacer ruido. Ahí seguían los 3 y nadie se animaba a nada (“qué pendejos”, pensé). Dejé mi puerta medio abierta a ver si uno de los 3 se animaba a asomarse y darme verga, pero ninguno lo hizo. Con el morbo de esperar a uno de los 3, me la jalé y no me medí, así que me llegó el clímax y me desleché. Se me fue el líbido y cerré la puerta.

    En eso, el chavo de short se desesperó y se fue. Después de limpiarme fui a lavarme las manos y seguían estos dos vatos, pero ninguno hacía nada. No iba a pasar nada, así que me fui, imaginando que el morenito de pantalón blanco y el greñudo se iban a dar su fajezote. Cuál fue mi sorpresa que en cuanto salí del estacionamiento el vato de pantalón blanco salió casi igual que yo. O sea que no estuvo ni 30 segundos con el greñudo, se fue.

    Pienso dos cosas: o el greñudo era empleado del estacionamiento y lo mandaron a vigilar que nadie estuviera fajando, o lo otro es que pienso que era uno de esos weyes exigentes que buscan puros modelos en sitios de faje, sino no hacen nada, pero tampoco dejan hacer. Quién sabe, pero que no mamen, la neta, pura pérdida de tiempo. Incluso pensé decirles antes de salir del baño “aquí no van a hallar modelos”, pero pensé que si el greñudo era empleado del estacionamiento, me iba a reportar con los dueños. Eviten ir a estorbar porfa, si no les gustan los que están en el lugar, váyanse de ahí.

    en respuesta a: Central Camionera Aguascalientes #104645
    hefraperez
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    Hoy 19-abr-21 fui a los baños de la central camionera en la tarde, como a las 5 pm. Entré a los que están junto al puente peatonal y estaban más o menos vacíos. Sólo un wey en el segundo baño y otro en el penúltimo. Me metí al último baño y de inmediato sentí la vibra del de al lado que me estaba espiando.

    En cuanto me bajé el pantalón, no pasaron ni 10 segundos y me agaché a un lado de la taza, para enseñarle el culito al de al lado. De inmediato pasó la mano y buscó mi verga para masturbarme. Yo no la tengo grande, el wey tenía manos anchas y me dio unos buenos jalones. Luego me separé y le enseñé la mano para que me diera su verga a jalar.

    Me agaché un poco y vi que era un wey gordito. Tal vez más de lo que se me hace aceptable, como talla 42. Ni modo, mínimo por el morbo. Se agachó y le agarré su verga. Una verga gordísima. Yo tengo manos chiquitas y parecía como si fuera una manita de muñeca masturbando una vergota. Incluso no se la podía recorrer bien al jalársela y lo tuve que masturbar rápido, pero sin estirar tanto hacia atrás para no lastimarlo.

    No me agradó que sus piernas estaban muy gordas y chocaban con mi mano cuando se la jalaba. Así que me detuve y me quedé sentado, esperando a que el gordito se terminara de deslechar solo y se fuera, pero al parecer pensaba quedarse buen rato. Entró otro wey al baño de en medio, junto al gordito. Me agaché un poco para espiarlo desde el baño del fondo y noté que se agachó también.

    Siguió llegando más gente y decidí esperar en los lavabos y en la bardita para sentarse donde antes estaba el despachador de papel. No salía nadie. Del baño donde estaba yo salió otro gordito (muy gordito) que se fue al primer mingitorio y se la empezó a jalar, sin discreción. Estábamos un señor maduro como de unos 45 años (muy guapo por cierto, delgado, barbón y de ojos azules) y yo, esperando a que salieran más weyes para ocupar un cubículo aceptable.

    El gordito se le quedó viendo al señor delgado mientras se masturbaba. Me cayó mal, no era nada discreto y aparte no es por ser discriminatorio, pero estaba del asco el gordito. Ni de chiste le iba a hacer caso el señor, ni por calentura.

    Decidí irme a los baños del otro extremo de la central camionera, pero estaban peor de llenos. Incluso me puse frente a los cubículos para presionarlos y otro señor que ya le andaba del baño les tocó la puerta a todos para que salieran. Salió pura diva, torcida y señores ya viejos, los que batallan mucho para agarrar faje, y con cara de molestos, pero así como salían seguían llegando más, así que no se pudo hacer nada.

    De ahí me fui a los baños de la gasolinera de Av. Constitución, en Villateresa. Cuando entré iba saliendo un wey moreno, chacalón, de buen ver, y se sube en una caribe roja con música de antro gay (circuit) “qué perra salió este vato”, pensé. Iba con una mujer en el carro, ya ni supe si era su amiga o amigo trans.

    Entré al baño y se escuchó a alguien que se encerró en el primer cubículo, que es el único que tiene cerrojo. Tal vez estuvo fajando con el chacal que acababa de salir. El del baño era un wey bien vestido, de mocasines de esos que usan sin calcetines, pero traía puestos unos de esos calcetines muy cortos que parecen de mujer (calcetines tipo ballerina) y pantalón de vestir.

    Me fui al baño del fondo y me agaché para espiarlo un poco. Sólo estaba con su celular, así que me animé y me puse en el mingitorio al lado de él y me la empecé a jalar. Se asomó discretamente por los agujeritos para espiar y me observó. Entonces yo le hice señas con el pie y la mano para que abriera y jalárnosla, pero como que no la captó (o no quiso) y se puso a ver su celular. Por un agujero de ese cubículo pude verle la verga y noté que se dio unos jalones. Una verga color claro, sin circuncidar, de buen grosor.

    Como ya no quiso nada, fui al baño del fondo a jalármela y deslecharme porque ya me tenía que ir. Cuando terminé de limpiarme me agaché con discreción desde debajo de la puerta y vi que estaba en el mingitorio junto al primer cubículo, parado (me imagino que jalándosela).

    Salí y fui a lavarme las manos. Ni lo volteé a ver. Ya deslechado se me había ido el líbido y tenía que irme. Sí alcancé a verlo de reojo, era un wey blanco, con barba de candado recortada, alto y robusto (espaldón). Sabrozote el cabrón. Noté que se la estaba jalando y volteó a verme como en dos ocasiones, pero yo ya estaba lavándome las manos. Me las sequé y salí, lo dejé ahí solo.

    Sólo por curiosidad (para saber lo que me perdí) me fui al Oxxo y desde lejos me quedé viendo a ver a qué hora salía. Tardó varios minutos, de hecho tuve que sentarme en la banqueta afuera del Oxxo para no verme como un maniático viendo hacia afuera desde dentro del establecimiento. Salió este papazote, se subió a su coche Renault y se fue. Incluso me fui caminando con la intención de que me viera al salir de la gasolinera e integrarse a la avenida. Tal vez sí lo hizo, pero no se detuvo jajaja. No creo hallar nada romántico en estos sitios, pero sí me perdí al menos de fajarme con este cabrón tan guapo.

    en respuesta a: Estacionamiento Plaza #103362
    hefraperez
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    Hoy 13-abr-21 fui a los baños del estacionamiento a eso de la 1 de la tarde. Estaba un chavo en el cubículo de en medio, indeciso. Después de jalármela y tratando de hacer ruido con mi verga al masturbarme, me agaché y él también se agachó, sólo vi su pelo al agacharse. Le hice señas y me hinqué para enseñarle la verga. Me dio unos jalones y luego le pedí que se hincara él.

    Lo hizo, pero tenía las piernas muy largas y no halló la forma de acercar su verga. Sólo se la alcancé a tocar un momento. Me levanté y abrí mi puerta para que entrara, pero se notaba que era muy inexperto y no se animó a nada más. Noté que sacó su celular y tomó una foto con flash a su verga parada. Le hice señas con el dedo debajo de la división para que no lo hiciera, temiendo que me fuera a tomarme fotos a mí.

    Salí a lavarme las manos y en eso entró otro vato. Un hombre de unos 35 años, de buena apariencia. Se me hizo curioso que llevaba una lámpara de mano. Salí del lugar y él salió unos momentos después, creo que podría ser un vigilante o trabajador del lugar que fue a hacer su rondín.

    Aún se puede tener encuentros en ese lugar, con mucha precaución y procurando no tardarse mucho.

    en respuesta a: Central Camionera Aguascalientes #102435
    hefraperez
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    El miércoles 07-abr-21 fui nuevamente a los baños de Villateresa a eso de las 7 pm, porque me había quedado bien cachondo con un encuentro que tuve un día antes con un señor maduro de ahí. Por mala suerte estaba una muchacha del aseo limpiándolos, así que entré solo a orinar y me fui. No sabía si ir al monte de Pintores Mexicanos, aún había mucha luz y hacía demasiado calor. Decidí ir a la central camionera, ya tenía muchísimo sin ir.

    Llegué como 7:30 pm allá. Entré a los de esquina con 5ª Avenida. Aún cobran 6 pesos y estaban algo solos. Únicamente 2 personas aparte de mí, y los cubículos del fondo desocupados. Me metí al último. Desde ahí me agaché para espiar a los del primero y segundo cubículo.

    El del primer cubículo era un muchacho de piernas muy blancas. Noté que buscaba faje, pero era muy tímido o no sabía dar señas. Se agachó un poco para espiar y solo alcancé a ver su pelo. Me levanté para no verlo directamente a la cara. El que estaba al lado de él era de esos que están como estatua, esperando faje, pero no hacen absolutamente nada, ni se la jalan ni espían a los demás. No sé a qué van.

    El chavo güero se salió al pasillo y noté que se agachó para ver quién más estaba en los baños y me vio. Yo estaba con el pantalón al suelo y jalándomela. Era obvio que buscaba faje. El chavo caminó despacio hacia el fondo y se metió sin hacer ruido al cubículo al lado de mí. (“¡Dame verga ya papi!”), pensé en cuanto el vato cerró su puerta.

    Yo me la seguí jalando y noté que el wey trataba de espiarme por el agujerito, pero sin pegar su cara a la división, para no verse tan obvio. Yo en chinga le hice señas con la mano para que me dejara jalársela. El wey entendió, pero como que no sabía de qué manera hacerlo. Entonces le hice señas con la mano, hincando mis dedos en el piso, para que él se hincara también.

    Así lo hizo, pero con mucha dificultad. Tenía piernas delgadas y largas, muy blancas y trató de hincarse con una sola rodilla al piso, para no ser tan obvio. El baño estaba prácticamente solo, a excepción del otro wey del segundo cubículo que no hacía nada. Yo sí me hinqué a mis anchas y ambos nos mostramos nuestras piernas güeras y nuestras vergas. Él tenía una verga larga, blanca, sin circuncidar. Delgada pero cabezona, como tipo palanca de velocidades.

    En cuanto tuvimos nuestras vergas frente a frente, nos las empezamos a jalar el uno al otro. Este vato me la jaló con fuerza, como que tenía una forma brusca de jalarla. Yo se la jalé con suavidad para no estirarle tanto el prepucio y no lastimarlo.

    La neta si me la seguía jalando así de fuerte me iba a deslechar pronto, así que mejor me separé. Me agaché más y le di una chupada. Su verga estaba limpia, pero tenía un sabor amargo, muy amargo. No se si fumaba o si sería su jabón o loción. Se la seguí chupando y el wey acercaba lo más que podía su pelvis hacia mí. Quería ese pito largo y blanco más a fondo, pero no podía agacharme más sin hacer muchas contorsiones, así que con la mano le indiqué que saliera y se metiera a mi cubículo.

    La excitación le había quitado lo tímido al chavo, así que a los pocos segundos se subió el pantalón y salió, tratando de no hacer ruido. Le abrí la puerta y lo vi. Era un chavo como de unos 25 años, delgado, blanco y muy guapo. Era alto, como de 1.80 m.

    Entró a mi cubículo, se desabrochó su cinto y volvió a sacarse su verga. Yo estaba sentado en la taza y a esa altura se la pude mamar perfectamente. Me la metió a fondo y yo se la seguí mamando con rapidez y lo mejor que pude, mientras yo también me la jalaba a la misma velocidad que se la mamaba.

    Sonó la puerta de la entrada. Nos pusimos de nervios. Lo más lógico era que el chavo se saliera y esperara. Pero me sorprendió que en vez de eso se quedó adentro, cerró la puerta con el pasador y se pegó más hacia mí, para que no pudieran vernos y al mismo tiempo darme verga más a fondo. Yo me excité muchísimo y me la empecé a jalar con mucha prisa, hasta venirme en la taza, sin dejar de mamársela.

    -Ya me voy a venir… – me dijo en voz baja. O era sacarme su verga de la boca y que se viniera en mi cara y mi ropa, o que se viniera en mi boca. Pasó lo segundo, después de unos instantes sentí su verga lanzar unos chorros calientes en mi paladar, mientras yo se la seguía mamando, hasta sentir que su verga dejó de aventar chorros y quedarse quieta dentro de mi boca.

    Al terminar, me saqué su verga de la boca con cuidado, para no tirar su leche sobre mí. El chavo salió deprisa y en cuanto se fue escupí su leche en la taza, me limpié y le bajé al baño. Yo también tenía mi verga ya bien babosa después de haberme venido y me limpié. Salí a lavarme las manos, la cara y la boca. En ese ratito que estuve aseándome, llegaron vatos bien sabrosos a orinar, pero se notaba que también les gustaba el faje. Yo ya tenía que irme, así que no me quedé más tiempo.

    Aprovechen esos baños, nuevamente se prestan para fajes y cachondería, todo muy rico y con discreción.

    en respuesta a: Baños Gasolinera Mobil Villateresa #102426
    hefraperez
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    El pasado martes 06-abr-21 fui a los baños de Villateresa, poco antes de las 7 pm. Justo al estacionarme en una calle cercana, una camioneta oscura tipo deportiva se estacionó detrás de mí. Al salir y dirigirme a la gasolinera, vi que la persona de la camioneta era un señor maduro que siempre va a esos baños. Un señor moreno claro, pelón, medio encorvado que siempre va de mirón y suele estorbar la mayoría de las veces (“mierda, ya vio mi carro, a ver si no se pone de intenso a tomarle fotos a las placas o algo así”, pensé).

    Para variar, justo al dar la vuelta para dirigirme al Oxxo, me topé con otro señor de los que siempre están ahí. Un señor moreno, chaparro, de pelo chino y ojos verdes, panzón, que siempre anda ahí buscando faje. Parece pasivo el wey. Ya iba de salida, pero eso me indicaba que sí hubo acción al menos hace un momento en los baños. Esperé en el Oxxo a que el señor de la camioneta entrara primero a los baños. Luego entré yo. Tratando de ser lo más discreto posible.

    Estaba el primer cubículo ocupado por alguien de pantalón de vestir y mocasines cafés. Ropa formal pero no muy juvenil. Tal vez un señor bien vestido o un oficinista (godinez) saliendo del trabajo. En el baño del fondo estaba el señor encorvado de la camioneta. Como saben, la puerta no tiene cerrojo, así que no pudo cerrar y mejor se salió al baño de en medio, junto al vato bien vestido. Por cierto, el viejito venía con pants muy juvenil para su edad.

    Me fui al baño del fondo, ni cerré, porque ya sabía a lo que iba cada quien. Me saqué la verga y me la empecé a jalar. Me puse enfrente del cubículo del señor encorvado y por el agujero que hicieron para espiar le mostré mi verga, incluso intenté abrir su puerta, ya que tampoco tenía cerrojo y la tenía medio abierta, pero le había puesto un llavero de alambre en espiral para cerrar.

    Me fui entonces al mingitorio al lado del primer cubículo y me la seguí jalando, hasta que vi que la persona al lado se inclinó para espiarme por el agujerito. Entonces le hice señas con el pie y con la mano debajo de la división para que me abriera.

    Así lo hizo. Abrió y me recibió con el pito de fuera, ya parado. Era un señor entre 45 a 50 años, delgado, moreno, de pelo muy corto y con uno de esos parches de canas que les salen a algunas personas. Parecía como un maestro de esos de municipio (de ranchitos). Iba bien vestido, pero con colores un poco exagerados (camisa morada). Traía ya su pito grueso y moreno bien parado, asomándose entre el cierre de su pantalón negro de vestir.

    Me acerqué y con suavidad le empecé a jalar su verga. No tardó en tomarme del hombro y empujarme hacia abajo, para que se la mamara. Me agaché, se la olí y le di un vistazo previo (todo bien) y me la metí a la boca. Era una verga circuncidada, cabezona, parecía una mantecada y se sentía muy rico en la boca, con mis labios pude sentir los bordes de su cabezota a cada mamada que le daba, haciendo un ruido pegajoso a cada metida y sacada, como si mi boca fuera una panocha mojada.

    Me sujeté de sus nalguitas, bien lisas y medianitas. Me comenzó a embestir la boca y en eso se asomó el viejillo que estaba al lado. Se puso detrás de mí y empezó a observarnos. Luego se acercó y empezó a desabrocharle la camisa al señor.

    Pinche ruquete metiche, casi me quita para poder alcanzar a manosear al señor. Después de una pausa que hice, ¡no le va agarrando la verga al señor mientras yo todavía no me la sacaba de la boca! Con ganas de correrlo a mentadas de madre al cabrón zopilote este.
    Me levanté a mamarle un pezón al señor. Estaba bien lampiño y tenía sus pezones bien prietos y colgantes. Le mamé uno y me volví a agachar a mamarle la verga y sus huevos, teniendo cuidado de no succionarlo fuerte. Luego el señor se la empezó a jalar mientras le mamaba la cabeza de su verga, pensé que ya se iba a venir.

    -¡Cómetelos, cómetelos, están bien ricos!- dijo el viejo encorvado que nos estaba viendo.
    Yo no trago semen, si he dejado que se vengan en mi boca algunas veces, pero la verdad solo los retengo un poco y luego los escupo cuando se van, para que no se molesten. Ya tenía mucha saliva guardada en la boca, y como no trago saliva cuando la mamo, me levanté y fui a escupirla al baño del fondo.

    No tardé ni 10 segundos y ya estaba el pinche ruquito hincado dándole unas mamadotas al señor. Ni modo, este buitre me quitó ese pito. Me regresé al baño del fondo y vi que el viejo encorvado se levantó y se puso de espaldas al señor, se bajó el pants y ambos se acercaron. Ya antes he visto que hacen la finta de meterla a pelo, pero sólo la rozan entre las nalgas. El señor moreno se la arrimó al viejo encorvado y empezó a darle sus metidas (o rozones, no supe qué fue porque los vi detrás de la puerta, sólo vi sus siluetas).

    El viejo pasivo empezó a gemir muy cachondo y algo fuerte. Pensé en decirle que se callara, pero me excitó más el saber si realmente se la estaban metiendo a pelo. Eso me motivó a darme unas jaladotas y venirme en el baño del fondo. Me limpié y justo al salir escuché que la señora del aseo estaba abriendo la puerta de la entrada con la llave. El viejo pasivo se fue rápido a lavar las manos y salió. Yo hice lo mismo, pero esperé un poco para no salir justo detrás de él. Me quedé con ganas de deslechar a ese maduro, que siguió en su cubículo, pero me dio asco saber si le dio unas metidas a pelo al viejillo metiche, así que mejor me fui.

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